Los cómics de Astérix y Obelix nos enseñan frases latinas con mucha historia que nos merece la pena conocer. Desde su irreductible aldea luchando contra los romanos, el dibujante Albert Uderzo nos muestra como el latín nunca pasa de moda.
Alea jacta est! («La suerte está echada”)
Comenzamos con esta las frase adjudicada a Julio César tras cruzar el Río Rubicón el 10 de enero del año 49 a.C., lo que abocaba a la guerra civil contra Pompeyo. Según nos cuenta Suetonio en la Vida de los doce césares, César dijo “Vayamos a donde nos llaman los prodigios de los dioses y la iniquidad de nuestros enemigos. La suerte está echada”, y tras ello, atravesó el río con su ejército. Plutarco también hace referencia a este hecho en Vidas Paralelas, tanto en la referida a la vida de Julio César como a la de Pompeyo. En la primera dice “lancemos los dados” mientras que en la segunda “que rueden los dados” y además lo dijo en griego. (Más sobre esta frase)
Aut Caesar aut nihil (“¡O César o nada!”)
De todas las frases latinas que repasamos, ésta es nuestra preferida… Y es que da nombre a nuestro blog. Se le asocia de manera legendaria a Julio César tras cruzar el río Rubicón con sus soldados, que indicaba que sería César o no sería nada. Sin embargo no encontramos referencias de la época sobre ello. Lo que es seguro es que César Borgia, hijo del Papa Alejandro VI y duque Valentino, usaba este lema que incluso llevaba inscrito en su espada. (Más sobre esta frase)
Ave caesar, morituri te salutant (“Ave César, los que van a morir te saludan”)
Esta es una de las citas latinas que más oímos cuando de gladiadores se trata. Se les suele adjudicar al momento en que ofrecían su vida al emperador antes de luchar en la arena del coliseo. La fuente proviene de Suetonio en Vidas de los doce césares, en concreto en el Libro V sobre el Divino Claudio. Estando el emperador en Britania se celebró una naumaquia con la representación de una batalla naval en el lago Fucino. Antes de comenzar, los que iban a participar en ella gritaron a Claudio: “¡Ave César, los que van a morir te saludan!” pero la sorpresa fue la respuesta del emperador: “¡oh, no!” y ellos se negaron a luchar. Según Suetonio, esto no gustó al emperador aunque la cosa no pasó a mayores. Finalmente ofrecieron una gran batalla entre flotas de Sicilia y Rodas.
Carthago delenda est (“Cartago debe ser destruida”)
Catón el Viejo pronunciaba esta frase latina en el Senado para convencerles de la total destrucción de la ciudad de Cartago con la que ya había combatido en dos guerras. Según nos cuenta Plutarco en sus Vidas paralelas sobre Marco Catón, sí es cierto que el político empleó los últimos años de su vida en promover la destrucción de la ciudad. De hecho al terminar de hablar sobre cualquier asunto, siempre agregaba “me parece bien que Cartago no exista”. La razón que empujaba al pelirrojo Catón contra Cartago era un viaje que había realizado años atrás, donde había podido comprobar con sus propio ojos que Cartago se había convertido en una ciudad próspera, llena de riquezas y hombres armados. Esto significaba un potencial peligro para la República que debía evitar. Finalmente se impuso sus demandas y en el 146 a.C. comenzaba la tercera y última Guerra Púnica. De nuevo otro miembro de la familia Escipión, Escipión Emiliano, fue el encargado de arrasar para siempre la capital púnica. La guerra duró tres años pero antes le llegó la muerte, por lo que no pudo ver el final de lo que tanto había demandado.
Cogito, ergo sum (“Pienso luego existo”)
Es otra de las frases latinas más escuchadas. Es del siglo XVII y se atribuye a René Descartes. La frase en realidad fue “yo pienso, por lo tanto soy” y forma parte de su Discurso del método, principal obra del filósofo francés y que fue publicada en 1637. La frase asocia la existencia a los seres a su pensamiento y se tradujo al latín para darle más fuerza, al considerarlo un idioma más culto que el francés.
Mens sana in corpore sano (“Mente sana, cuerpo sano”)
Esta frase se la atribuye el poeta romano Juvenal dentro de sus Sátiras, dieciséis poemas donde trataba sobre la sociedad y costumbres romanas, quejándose de la decadencia a la que había llegado a finales del siglo I d.C. y principios del II. En el poema X demanda orar a los dioses para que “se nos conceda una mente sana en un cuerpo sano”.
Nunc est bibendum ( “Ahora hay que beber”)
La frase latina aparece en una oda de Horacio referida a la victoria de Octavio Augusto (futuro primer emperador de Roma como César Augusto) frente a Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Actium, celebrada el 2 de septiembre del año 31 a.C. La oda 37 comienza con “Ahora hay que beber” indicando que es momento de celebración ya que consideraba a Cleopatra una amenaza para Roma.
Quo vadis? (“¿A dónde vas?”)
Esta cita latina sería del apóstol Pedro según el texto apócrifo Hechos de San Pedro. Esté huía de Roma por las persecuciones del emperador Nerón cuando se encontró con Jesús que se dirigía precisamente a Roma cargado con la cruz. Le preguntó «Quo vadis, Domine?», este le respondió que se dirigía a ser crucificado de nuevo. Avergonzado ante esta respuesta, cambió de opinión y San Pedro regresó a Roma donde fue martirizado.
Redde caesari quae sunt caesaris (“Dale al César lo que es del César”)
Las referencias a esta frase latina son bíblicas y las encontramos en el Nuevo Testamento. En los evangelios de Lucas, Mateo o Marcos se hace referencia a la misma escena, donde los fariseos tratan de engañar a Jesús preguntándole si debían pagar tributos. Algunos de ellos cercanos a Herodes, trataban de comprometerle acusándole de promover no pagar impuestos. Sin embargo, habiéndose percatado de la trama, cogió una moneda con la efigie del César y les dijo “dad al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios” y zanjó el asunto.
Veni, Vedi, Vici (“Llegué, vi, vencí”)
Otras de las frases latinas más escuchadas es de Julio César, y hace referencia a la su victoria en la batalla de Zela en el 47 a.C. contra Farnaces, hijo de Mitriades el Grande. Como aparece en Vidas paralelas de Plutarco, acudió a Ponto debido a las noticias del levantamiento en la zona del Bósforo. Allí logró la victoria en una sola batalla y a las cuatro horas de haber salido a su encuentro. Cuando llegó a Roma celebró sus triunfos por separado. Cuando le tocó el turno al de Ponto, en el cortejo había un rótulo que mostraba tres palabras: “Llegué, vi, vencí”.
¿Qué os han parecido? Detrás de cada una de estas frases latinas que nos acercan los galos invencibles, se encuentra un pequeña historia que es parte de nuestros orígenes.
Bibliografía:
«Astérix. Las citas latinas explicadas» de Bernard-Pierre Molin
“Vidas paralelas” de Plutarco
“Vidas de los doce césares” de Suetonio
“Sátiras” de Juvenal
“Odas” de Horacio
Nuevo Testamento
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