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La decisiva batalla del Salado, el último gran intento musulmán de invasión de la península ibérica

La batalla del Salado, o de Tarifa, fue una de las más trascendentes de la llamada Reconquista, casi a la altura de las Navas de Tolosa, y que terminó con el último gran intento musulmán por parte de los benimerines, de conquistar la antigua Hispania. No debemos olvidar que en los 780 años de presencia ismaelita en la península, fueron muy pocas batallas de entidad entre cristianos y musulmanes.

El 30 de octubre de 1340 se libró cerca de Tarifa (Cádiz) la batalla donde un ejército formado por castellanos y portugueses se enfrentaron y derrotaron a una alianza de benimerines y nazaríes.

La invasión BenimerÍn fue el último gran intento MUSULMÁN de volver a dominar la PENÍNSULA Ibérica

Benimerines

Los benimerines (o meriníes) habían sucedido a los Almohades en el dominio el norte del Magreb, sobre todo la zona este y fijaron su capital en Fez. También llegaron a dominar partes del sur de al-Ándalus en alianza con el reino de Granada. Tras una serie de movimientos militares y victorias en batallas navales, existía el peligro real de una nueva invasión de la península.

Alianza cristiana

Los cristianos peninsulares ya habían sufrido en siglos anteriores otras invasiones, de Almorávides y Almohades. Ante el preocupante panorama el rey Alfonso XI de Castilla (1311-1350) pidió ayuda a su yerno, el rey portugués Alfonso IV (1291-1357), que acudió a la llamada. Ambos reinos habían superado sus problemas causados por la relación del monarca castellano con Leonor de Guzmán, que había apartado a su esposa María de Portugal, hija del monarca luso con la que tuvo a su heredero Pedro I el Cruel. Tras  algunos enfrentamientos, como la victoria castellana en Villanueva de Bancarrota, volvieron las buenas relaciones y fueron juntos a la campaña de 1340.

alfonso XI de castilla
Alfonso XI de Castilla

Las tropas cristianas

Hablar de números en aquellos tiempos es mucha aventura, pues las crónicas de los vencedores solían aumentar notablemente las hueste enemigas a valores desproporcionados. Parece que las fuerzas cristianas podían acercarse a los 20.000 entre caballeros y peones. La mayor parte era castellana pues Portugal solo desplazó 1.000 caballeros, eso sí de los más nutrido de su ejército. Es probable que las tropas musulmanas fueron superiores en número en dos o tres a uno, sobre todo por parte benimerín. Los Nazaríes pudieron juntar unos 7.000 efectivos.

Batalla por el Estrecho

En 1333, una serie de conquistas cristianas provocó que el rey nazarí pidiera ayuda al sultán benimerín, algo que se había hecho las taifas con Almorávides y Almohades. El nuevo ejército sitió Gibraltar y el monarca castellano poco pudo hacer más que firmar una tregua con benimerines y nazaríes de 5 años. Sin embargo el sultán no estaba dispuesto a renovar la tregua y en 1339 comenzaron las ofensivas saqueando la zona del Guadalquivir.

Podemos considerar la batalla englobada en tres fases diferentes; la batalla del Estrecho, el asedio de Tarifa y la definitiva batalla campal en el río Salado.

En el mar la primera victoria fue castellana con la ayuda de Aragón, pero en abril de 1340, la flota castellana al mando del almirante Jofre Tenorio sufrió una importante derrota. El almirante falleció en la batalla y el estrecho quedaba en manos musulmanas. Plazas como Tarifa peligraban, que pese a ser asediada pudieron resistir durante aquel verano. Alfonso XI reunió a sus tropas en Sevilla mientras esperaba a los portugueses.

alfonso iv portugal
Alfonso IV de Portugal

La batalla del Salado

La batalla del Salado (o de Tarifa)  fue el 30 de octubre cerca del río Salado. Los cristianos había acordado que el ejército castellano se enfrentaría a los benimerines del sultán Abu Al-Hassan Alí y los portugueses harían lo propio con los granadinos de Yusuf I.

En la batalla, el rey castellano Alfonso XI estuvo a punto de ser alcanzado por una jabalina, pero se estrelló en su montura

Antes de la batalla Alfonso XI había enviado una tropa formada por 2.000 caballeros y 4.000 peones a Tarifa. Atacarían a la retaguardia musulmana en el momento clave del enfrentamiento, tratando de crear varios frentes y lograron desorganizar el campamento musulmán.

batalla del Salado
Lienzo de la batalla del Salado (XVII, Monasterio de Guadalupe)

En la parte portuguesa, que contaban con una exigua tropa de un millar de caballeros, fueron reforzados por 2.000 caballeros castellanos, formados entre otros por las órdenes de Calatrava y Alcántara. Juntos se enfrentaron a los 7.000 granadinos. El grueso del ejército castellano se enfrentó a los benimerines. Ambos enfrentamientos resultaron victoriosos, con la imparable caballería pesada castellana, con sus lanzas de 4 metros que pusieron en desbandada a los ismaelitas. Los jinetes ligeros musulmanes empleaban tácticas diferentes, con pequeñas ofensivas, lanzando proyectiles y tratando de desorganizar las ofensivas cristianas. No fue una batalla fácil, pues las tropas castellanas sufrieron para atravesar el río y se desorganizaron, poniendo incluso en peligro a su rey que según las crónicas recibió una saetada en el arzón delantero de su montura. Pero una vez superado el río, la caballería castellana se impuso, atravesando las cinco líneas de defensa que había establecido Abu Al-Hassan Alí. La huida en desbandada de nazaríes y benimerines se produjo al mimo tiempo y les causaron una gran mortandad. El sultán benimerín huyó a Ceuta y no volvió a pensar en la península ibérica.

Consecuencias de la batalla del Salado

La batalla puso fin a la Guerra del Estrecho y alejó de manera definitiva el peligro de una nueva invasión del norte de África. Con Yusuf I, el reino Nazarí vivió sus momentos de apogeo pero quedaron definitivamente aislados y a merced de los castellanos. Esto les obligará a comenzar una política amistosa y a pagar tributos a Castilla, como acordaron los hijos de ambos monarcas, Muhammad V y Pedro I.

Tras la victoria, Alfonso IV regresó a Portugal pero Alfonso XI pasó a la ofensiva; en 1341 tomó la «puerta a Granada, Alcalá la Real y en 1344 Algeciras. En 1345, tratando de recuperar Gibraltar murió de peste.

Bibliografía:

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