La muerte de Martín I el Humano en 1410 sumió a la Corona de Aragón en un grave problema dinástico ya que su único hijo legítimo, Martín el Joven, había fallecido un año antes. La solución acordada fue el llamado Compromiso de Caspe.
La Concordia de Alcañiz
Las Cortes de Aragón (Mequinenza y Alcañiz), Valencia (Vinaroz y Traiguera) y Cataluña (Tortosa) no llegaron a un acuerdo para solucionar el problema sucesorio y tuvo que ser el papa Luna quién ayudara a buscar un acuerdo. Así se logró la Concordia de Alcañiz en 1412. En ella se decidió que 9 compromisarios, tres por cada una de las cortes, decidieran el futuro soberano de la corona.
Fernando de Antequera y Jaime de Urgel, los dos principales candidatos a ceñirse la corona aragonesa
Los candidatos
Existían dos candidatos principales: Jaime de Urgel y Fernando de Antequera. El primero estaba casado con Isabel, hija de Pedro IV de Aragón, mientras que Fernando era hijo de Juan I, el rey castellano que a su vez estaba casado con Leonor, que también era hija de Pedro IV. Había otros candidatos con menos opciones y partidarios, como Fabrique de Luna, hijo bastardo de Martín el Joven al que trataron de legitimar sin éxito y por tanto carecía de derecho al trono. También estaba Alfonso de Aragón, duque de Gandía, nieto de Jaime II de Aragón, aunque este no pudo ser siquiera candidato final pues falleció en marzo de 1412. Sus remotas opciones recayeron en su hijo y heredero del ducado Alfonso el Joven e incluso en su hermano Juan, conde de Prades. Otro pretendiente era el francés Luis de Anjou, hijo de Luis II rey de Nápoles y Yolanda de Aragón, hija de Juan I de Aragón. Incluso Juan I, el rey de Castilla, también fue uno de los candidatos iniciales hasta que se decidió por la opción más lógica de su hijo Fernando.
En amarillo se muestran los candidatos al trono (La corona indica los reyes de Aragón)
Los seguidores de Jaime de Urgel no aceptaron la Concordia de Alcañiz y tuvo que ser Diego Gómez de Sandoval, adelantado de Castilla, quién les “convenciera” en la batalla de Murviedro.
And the winner is…
Entre abril y junio de 1412, los 9 compromisarios tuvieron que elegir a su candidato. Durante ese tiempo recibieron numerosas documentación y se reunieron con los embajadores de los pretendientes. El día 24 de junio alcanzaron el acuerdo final, que se hizo público cuatro días más tarde. Fernando de Antequera, Trastámara e hijo del rey de Castilla, se convertía en Fernando I de Aragón. Los Trastámara se situaban al frente de los dos principales reinos peninsulares.
Los compromisarios de Caspe
De los 9 votos, Fernando obtuvo 6; los 3 aragoneses, Domingo Ram, obispo de Huesca, Berenguer de Bardají y Francisco Aranda; uno catalán de Bernardo de Gualbes; y dos de Valencia de Vicente Ferrer y su hermano Bonifacio Ferrer. El resultado cumplía los requisitos requeridos, que era recibir al menos 6 votos de los 9 compromisarios y por lo menos uno de cada región.
Jaime recibió un voto y medio de los compromisarios catalanes, uno de Guillermo de Vallseca y medio de Pedro Sagarriga, que optó por dividir su opción entre Jaime y el duque de Gandía. Solo uno de los compromisarios, Pedro Bertrán de Valencia, declinó su voto al considerar que le era imposible hacerlo con “sana y sincera conciencia”.
Todos los que votaron por Fernando asumieron para sí las explicaciones que dio fray Vicente Ferrer al emitir su voto y que fue el siguiente:
“Yo fray Vicente Ferrer, de la Orden de Frailes Predicadores y maestro en santa Teología, uno de los citados diputados, digo, según mi saber y parecer que al inclito y magnífico don Fernando, infante de Castilla, nepote o nieto de don Pedro IV, de feliz recuerdo, rey de Aragón, padre del rey don Martín, de excelsa memoria, último fallecido, el más próximo varón procreado en legítimo matrimonio y a la vez unido en grado de consanguinidad con dicho rey don Martín, por dicho Parlamento, súbditos y vasallos de la Corona de Aragón ha de prestarse el deber de fidelidad, y al mismo, como cierto verdadero rey y señor, en justicia, según Dios y mi conciencia deben haberle y tenerle. Y en testimonio de lo anterior, suscribo esto con mi propia mano y le pongo mi sello colgante.”
Fray Vicente Ferrer, canonizado en 1455 por Calixto III
Todos los que votaron a Fernando suscribieron lo dicho por Vicente Ferrer «en todo y por todo me adhiero al voto y propósito de dicho señor maestro Vicente”.
El arzobispo de Tarragona, Pedro Sagarriga, votó por el duque de Gandía y por el conde de Urgel, aunque curiosamente en su texto indicaba que el infante Fernando era el más conveniente, pero primó por votar “a varones vivos legítimos y descendientes por línea masculina de la estirpe de dichos reyes de Aragón”. Guillermo de Vallseca, otro de los compromisarios catalanes, suscribió lo indicado por el arzobispo pero decantándose por el conde antes que por el duque.
Recuento final de los votos:
Fernando de Antequera: 6 (ARA, ARA, ARA, VAL, VAL, CAT)
Jaime de Urgel: 1,5 (CAT, ½ CAT)
Alfonso: 0,5 (½ CAT)
Y este es el recuento de los votos del Compromiso de Caspe, que ganó Fernando de Antequera por mayoría absoluta y cuya acta fue leída por Vicente Ferrer en el castillo de Calpe el 25 de junio de 1412. Tres días después se hizo la proclamación pública. Los partidarios de Jaime de Urgel no aceptaron la resolución e iniciaron una revuelta, pero no contaban con demasiados partidarios y fracasó. Los Trastámara alcanzaban también el trono de Aragón con Fernando I y en 1469, con la boda de Isabel I y Fernando II, unificaron ambas coronas.
Bibliografía: «Manual de Historia del Derecho Español» (García Gallo, A.)
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