Se trata de una de las figuras más famosas de la preciosa villa de Sigüenza, cuyo monumento funerario es una de las grandes atracciones turísticas de la localidad.
Martín Vázquez de Arce
Don Martín Vázquez de Arce (1461-1486) fue un joven comendador perteneciente a la Orden de Santiago y miembro de la influyente familia de los Arce, muy cercana a la Casa de los Mendoza. Educado en el Palacio de los Duques del Infantado, en Guadalajara, era un hombre culto y humanista, a la vez que un hombre de armas, como era habitual entre los nobles de finales de la Edad Media y a puertas del Renacimiento.
Poco se conoce de sus primeros años, aunque se sabe que cuando partió a la guerra a la edad de 25 años, tenía esposa y una hija llamada Ana, que después se casó con un miembro de la familia Mendoza. Esta pareja tuvo un hijo, Juan Hurtado de Mendoza y Arce, que no tuvo descendencia, siendo el final de los herederos de Martín.
No era doncel
Aunque se le conoce como el Doncel de Sigüenza, en realidad no pertenecía a este grupo. Los donceles eran un cuerpo militar de Castilla formado por jóvenes de origen noble que se habían formado como pajes en la corte. Al frente de todos ellos se situaba el Alcaide de los Donceles formando un cuerpo de caballería ligera en proceso de formación militar que perduró, al parecer, entre los siglos XIV y XV. Al no haber mucha documentación lo más probable es que no fueran muy numerosos. Aparecen referencias a los donceles en la crónica de Alfonso XI y fueron miembros de la familia de los Fernández de Córdoba, notables alcaides de este cuerpo durante el siglo XIV, cuyo cargo era hereditario.
Sobre el Doncel lo que más conocemos es sobre su muerte. Se sabe que era hijo de Fernando de Arce y Catalina Vázquez de Sosa, y que su padre era secretario de los dos primeros duques del Infantado, primero de Pedro Hurtado y después de su hijo Iñigo. Es por ello por lo que Martín entró muy pronto a educarse en el palacio ducal.
¿Por qué “El Doncel”?
La razón la encontramos en un personaje aficionado a la arqueología y asiduo a la catedral seguntina. El general Mario Lasala escribió en 1889 unas frases sobre el sepulcro de Don Martin al que se refería como «el hermoso doncel, armado de punta en blanco, cae sobre tierra derribado de mortal herida”. Después de este sencillo apelativo, no fue hasta 1919 cuando el historiador del arte Ricardo de Orueta lo confirmó en su obra La escultura funeraria de España, donde destaca el sepulcro como uno de los más importantes del arte funerario castellano.
«el hermoso doncel, armado de punta en blanco, cae sobre tierra derribado de mortal herida”
(Primer escrito referido como «el Doncel» por Mario Lasala)
La obra de Orueta ya convirtió a Martín Vázquez de Arce en el Doncel de Sigüenza para la eternidad. Agustín de Foxá, Alberti, Fernández Pombo o Luis Lozano dieron eco con sus versos al ilustre Doncel convertido en una importante figura histórica.
Su muerte en la Vega de Granada
Martín Vázquez de Arce marchaba entre las tropas de Íñigo López de Mendoza, II Duque del Infantado, compuestas por medio millar de hombres de armas que habían salido de Guadalajara en abril de 1486. Participaron activamente en las conquistas de ciudades como Loja, Montefrío o Íllora, antes que se establecieran en la zona de La Vega granadina, fuente de abastecimiento de grano a la ciudad de Granada.
Debido a la orografía del terreno eran muy comunes las escaramuzas entre los contendientes. En una de aquellas jornadas de julio, acudió el duque y el obispo de Jaén junto a sus hombres para proteger a los cristianos que daban batalla por la zona.
Los nazaríes, buenos conocedores de aquellos territorios, forzaron una serie de escaramuzas y consiguieron desordenar las huestes cristianas, que se dividieron entre los que permanecieron junto a sus señores y los que comenzaron la persecución. Estos últimos cayeron en la trampa de los musulmanes, inundando la Acequia Gorda de la Huerta del Rey desde el río Genil (llamado Guadalxenil por los nazaríes). Entre el agua y los combates, los cristianos perdieron algunos de aquellos hombres, entre ellos nuestro personaje. Cuando el duque del Infantado se dio cuenta de la situación, fue al socorro de aquellos impetuosos salvando a muchos de ellos y haciendo huir a los granadinos. Entre los fallecidos se encontraban una veintena de sus hombres, de los cuales había dos notables, nuestro Doncel y Juan de Bustamante, hijodalgo y criado del cardenal.
El sepulcro en la Catedral de Sigüenza
La familia de los Arce tuvo una capilla en un lugar privilegiado de la catedral de Sigüenza (Guadalajara) desde mediados del siglo XV. Esta capilla de San Juan y Santa Catalina antes había pertenecido a los herederos de los Infantes de la Cerda, pero tras su abandono pasó a la familia de Martín, que pagaba al cabildo una suma de 18.000 maravedíes anuales, sin incluir los gastos de cada uno de los enterramientos.
El monumento destaca por encima de todos los demás por su calidad y realismo. A diferencia del resto, el doncel no se muestra en estado moribundo sino recostado y sereno, leyendo un libro. Enfundado en su capa, con su cota de malla y su puñal al cinto, parece estar listo para la batalla que acabaría con su vida, pero antes reposa leyendo uno de sus libros. Todo parece ser un homenaje a las letras y las armas, dos partes indisolubles de los últimos caballeros medievales como nuestro Martín.
El sepulcro del Doncel forma un arcosolio (formando un hueco en el muro en forma de arco) realizado en alabastro blanco y de autoría desconocida. Decorada con pinturas sobre la Pasión de Cristo, el joven comendador descansa sobre un león mientras tres pajes le rodean, uno a sus pies lamentando la pérdida y los otros dos sujetando el escudo rodeado de imágenes vegetales.
Resalta también la cruz de la Orden de Santiago en su pecho, en rojo y contrastando con el blanco alabastro, cuya pertenencia a la orden religiosa y militar era una muestra de orgullo personal y familiar. Sobre la estatua del Doncel se haya una losa con un texto explicativo sobre el sepulcro:
«Aquí yace Martín Vázquez de Arce, caballero de la orden de Santiago, que mataron los moros, socorriendo al muy ilustre señor duque del lnfantado, su señor, a cierta gente de Jaén, a la Acequia Gorda, en la vega de Granada. Cobró en la hora su cuerpo Fernando de Arce, su padre, y sepultólo en esta Capilla año 1486. Este año tomaron la ciudad de Loja, las villas de llora, Moclín y Montefrío por cercos en que padre e hijo se hallaron».
Otros sepulcros de la familia del Doncel
Actualmente en el centro de la capilla reposan los sepulcros de Fernando de Arce y Catalina de Sosa, padres del Doncel. Otros familiares que descansan en la capilla son el abuelo materno don Martín Vázquez de Sosa, don Fernando de Arce, hermano del Doncel y obispo de Canarias y doña Sánchez Vázquez, su abuela por parte de madre.
Bibliografía:
- «El Doncel de Sigüenza» (Juan antonio Martínez Gómez-Gordo)
- «El sepulcro del Doncel de Sigüenza: la inmortalidad a través del arte» (Ana Valtierra)
- Catedral de Sigüenza (catedralsiguenza.es)
Muy buen artículo y muy interesante. Me pregunto si llamar «doncel» a Martín Vázquez de Arce no sería un fútil intento de hacer hincapié en su juventud. O por oposición a «doncella», aunque estuviese casado y tuviera descendencia.
¡Un saludo!
Hola Lara. Sin duda su aparente juventud pudo influir en Lasala al referirse como tal. Un saludo.