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La Conjuración de Venecia, ¿verdad o engaño?

La Conjuración de Venecia fue una jugada maestra de la República de Venecia que la permitió quitarse la enorme presión que estaba soportando de los territorios españoles en Italia, y todo gracias a un más que probable invento y a la inoperancia de la corte española con Lerma a la cabeza.

Antecedentes en Italia

Desde finales del reinado de Felipe II, la zona del Milanesado resultó de una enorme importancia estratégica para el llamado Camino Español, centro de las comunicaciones entre la península ibérica y Flandes por vía terrestre (por mar era mucho más complicado debido a la guerra con Inglaterra y los mendigos del mar). Las comunicaciones partían desde los puertos de Barcelona, Valencia o Alicante y vía Génova, aliada hispánica, hasta Milán. Desde allí existían diferentes vías, la vía Saboya que se terminó tras el acercamiento de Carlos Manuel a Francia tras el tratado de Lyon (pese a estar casado con la hija de Felipe II). Otro camino es a través de los cantones suizos católicos que siempre fueron favorables a los intereses españolas siempre y cuando se respetaran los subsidios anuales. La tercera vía era por la Valtelina, de primeras favorable a los intereses españoles, terminaría siendo fuente de conflicto con Francia.

Entre todo este conflicto diplomático existía la posición de Venecia, siempre contraria a las posiciones españoles y el papado, que viraba según su conveniencia pero habitualmente se oponía al poder español en Italia.

conjuracion de venecia: marques de bedmar, duque de osuna y marques de villafranca
El marqués de Bedmar (gobernador en Venecia), el duque de Osuna (Virrey de Nápoles y Sicilia) y marqués de Villafranca (gobernador de Milán)

Tres personajes fueron claves en la presión contra la Serenísima. En 1615 el marqués de Villafranca fue nombrado nuevo gobernador de Milán. En 1616 el duque de Osuna añadía el virreinato de Nápoles al de Sicilia que ostentaba desde 1610. Junto al virrey encontramos a Quevedo, amigo personal y secretario político que tendría un importante papel en la supuesta conjuración. El tercer personaje de la trama fue el marqués de Bedmar, embajador español en Venecia.

Presión contra Venecia

El marqués de Villafranca por tierra y sobre todo el duque de Osuna por mar asfixiaban a la república, también enfrentada a Austria. Los piratas yugoslavos, a los que apoyaba Osuna, atacaban a los barcos venecianos en la costa dálmata e ilírica. El virrey formó varias escuadras para atacar a la flota veneciana. Durante el virreinato del duque de Osuna, la supremacía en el mediterráneo fue total de los barcos hispanos, se considera este periodo como el último de vitalidad naval de la España de los Austrias.

Bajo el virreinato del duque de Osuna, se vivió el último periodo de vitalidad naval de la España de los Austrias.

El gobernador de Milán presionó a Carlos Manuel de Saboya para que renunciara a la paz de Tasti que había firmado su predecesor, que no dejaba en buen lugar a España, y de paso debía pedir perdón a su rey Felipe III. La respuesta fue solicitar ayuda a Venecia que le ofreció dinero suficiente para formar un ejército mercenario.

La reacción de la Serenísima fue, además de afianzar su alianza con Saboya, acercarse a los protestantes franceses, enfrentados a España, y dotar de ayuda militar a la rebelión de Países Bajos. Pero todo esto no alejaba el peligro que sufría la escuadra veneciana frente a las hispanas a cargo de Pedro de Leiva, Octavio de Aragón y Francisco de Ribera. La flota de Venecia logró esquivar los enfrentamientos directos, pero aun así perdió algunas naves por valor de más de un millón de ducados.

La decisión de los gobernantes venecianos fue denunciar un supuesto complot contra ellos, la llamada Conjuración de Venecia, mediante el cual España había planificado la conquista de su ciudad.

día de la Ascensión de Canaletto
«El Bucintoro regresa al muelle el día de la Ascensión» obra de Canaletto.

La Conjuración de Venecia

La tradición nos dice que el virrey Osuna, el embajador Bedmar y el gobernador Pedro de Toledo habían planificado tomar la ciudad introduciendo un grupo de mercenarios el día 19 de mayo de 1618. El día elegido coincidía con la celebración de la fiesta de la Ascensión, celebrada por todo lo alto en la Serenísima y que conmemoraba la conquista de Dalmacia por Pietro II entorno al año 1000. Ese día el dux, el senado, el consejo y el resto de los los mandamases venecianos salían a la mar dejando vía libre para la toma de la ciudad. Aquí aparece un cuarto personaje, Francisco de Quevedo, secretario del virrey que debía entrar en la ciudad disfrazado para coordinar la operación con el embajador. Al parecer, al descubrirse el complot tuvo que huir de la ciudad. El plan se dividía en tres partes: volar el arsenal, apoderarse de los principales puntos de la ciudad y proclamar la soberanía española.

Francisco de Quevedo
Grabado de Quevedo por Joaquín Ballester

Lo más probable es que la supuesta conjura fue una excusa de los dirigentes venecianos para librarse del molesto embajador Bedmar. Pero las invenciones venecianas tuvieron éxito ya que tanto el embajador Bedmar como el gobernador de Milán serían relevados de sus cargos ese mismo año. Además lograron desacreditar al duque de Osuna acusándole de desleal a España y terminó siendo relevado del cargo de virrey en 1620.

¿Fue una conjuración de los españoles contra Venecia o de Venecia contra los españoles?

andrée masnau

Venecia logró su objetivo de librarse de sus tres principales enemigos, aunque para ello contó con la «ayuda» de la lamentable actitud de la corte española, que entró en el juego sucio de los venecianos. El deseo de Felipe III y de su valido Lerma era mantener la paz a toda costa, la llamada Pax Hispánica, que resultó un lastre político para el futuro del país como se demostraría décadas después.

El mismo Quevedo tuvo que comparecer ante el Consejo de Estado, donde proclamó que todo era falso y que ni Bedmar, ni Osuna, ni por supuesto él, habían participado en tal conjura.

Fuentes:
  • «Quevedo, diplomático» (C. Pérez Bustamante)
  • «La declinación de la monarquía hispánica en el siglo XVII» (F. J. Arana Pérez)
Imágenes: dbe.rah.es/Wikipedia/ABC/caminandopormadrid.com/Adobe Stock
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