Horatio Nelson es uno de los mayores almirantes de la historia. Audaz y temerario, logró espectaculares victorias para la armada británica. Nuestra anécdota sucedió en 1801. Inglaterra y la Francia de Napoleón estaban en guerra y los países escandinavos eran aparentemente neutrales. Sin embargo los británicos temían su dominio del báltico y mandaron una flota al mando de Hyde Parker en la que también iba Nelson.
En la llamada primera batalla de Copenhague, se enfrentaron las flotas de británicos y una coalición de daneses y noruegos. En un momento de la batalla, que parecía no ser favorable para los ingleses, Parker dio la orden de retirada, pero Nelson la desobedeció. Al parecer, según alegó, no había visto la orden. Según parece el genial almirante se situó el catalejo en el ojo derecho, el mismo ojo del que había perdido la visión en el sitio de Calvi, en un enfrentamiento contra los franceses en 1794. Nelson, perseverante y obviando la orden de su superior, continuó la contienda y arrasó a la flota escandinava, capturando o hundiendo a la mayoría de los barcos enemigos, obligándoles a firmar la rendición. Los ingleses no perdieron ningún navío.