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Calatrava, el nacimiento de la primera orden de caballería hispana

Los castillos de Calatrava fueron el origen y la razón de ser de la primera orden de caballería hispana, la llamada Orden de Calatrava. El castillo de Calatrava la vieja, en Ciudad Real, fue el lugar donde surgió la orden del que tomó su nombre la orden cisterciense de monjes guerreros, que fue baluarte de la defensa castellana contra Al-Ándalus desde finales del siglo XII hasta el final de la reconquista.

Dos castillos para una orden

Hay dos castillos llamados de Calatrava, el primero, donde nació la orden, llamado “Calatrava la vieja” y un segundo donde se desarrolló y fue sede durante 6 siglos, llamado “Calatrava la nueva”. Ambos se conservan en mayor o menor medida y pueden ser visitados. Desde aquí os invitamos a revivir estos increíbles sitios, construidos hace casi mil años.

calatrava
Situación de los castillos de Calatrava y el de Salvatierra ¡A visitarlos!

Ideales de la orden

La orden de Calatrava fue creada baja el amparo del Císter, que es curiosamente opuesto en cierta medida a nuestra orden hispana. Como indicaba el padre Julián Domínguez [1], los ideales cistercienses de silencio, concentración y vida contemplativa parecen estar enfrentados a los de ruido, guerra y acciones belicosas que serían más propios de la orden militar de Calatrava.

“A ti pues, se dirige ahora mi palabra, quien quiera que seas que renunciando a tus propias voluntades, empuñas las fortísimas armas de la obediencia para militar bajo el verdadero Rey, Cristo Señor”

Ideal de un monje según San Benito

Calatrava la vieja

Pero volvamos al principio… a la ciudad de Calatrava la vieja, aquella fundada por los musulmanes en el siglo VIII y que alcanzó gran importancia para Al-Ándalus en el siglo IX. Ciudad fortificada y fronteriza entre los reinos cristianos y el califato musulmán, fue conquistada por el bando cristiano de manos de Alfonso VII en 1147. Como vanguardia contra los ismaelitas, el rey leonés decidió entregarla como encomienda a los Templarios, de esta forma ponía una unidad fronteriza de choque entre su reino y el enemigo. Sin embargo el enorme empuje que desarrollaban los recién llegados Almohades en Al-Ándalus, hicieron fracasar la empresa templaria que, tras una década en la lucha, decidieron abandonar el castillo.

El monarca Castellano Sancho II tenía un problema pues necesitaba de un parapeto contra el empuje árabe. De manera sorpresiva, Diego Velázquez y el abad del cister fray Raimundo de Fítero asumieron el reto. Este fue el nacimiento de la primera orden militar de la península, llamada orden de Calatrava en homenaje a su primera ubicación.

La orden de Calatrava se convirtió en la vanguardia de choque cristiana frente al imperio musulmán y comenzó su expansión añadiendo posesiones y castillos a los nuevos monjes guerreros.

castillo de calatrava la nueva

La fortaleza de Calatrava la vieja estuvo en manos de los calatravos hasta 1095. La enorme derrota castellana a manos de los almohades en Alarcos, obligó a la orden a dejar la ubicación y buscar nueva plaza. El empuje musulmán era imparable y el califa almohade Yusuf II (Abu Yusuf Yaqub al-Mansur) había aceptado el imprudente reto de Alfonso VIII.

En 1198, en una acción valerosa, unos pocos caballeros de la orden lograron asaltar el castillo de Salvatierra. Se convertían, una vez más, en la piedra de choque contra los musulmanes. En 1212, el califa An Nasir (Muhammad an-Nasir), hijo de Yusuf II, había reunido un gigantesco ejército para acabar, de una vez por todas, con los reinos cristianos peninsulares y recuperar las tierras que habían ido recuperado durante siglos los reinos norteños.

El contingente almohade llegó al castillo de Salvatierra. Tras aguantar estoicamente nada pudieron hacer para retenerlo y, tras recibir el permiso del rey castellano, abandonaron la fortaleza.

Batalla de las Navas de Tolosa
La decisiva batalla de las Navas de Tolosa (1212)

Finalmente los ejércitos se enfrentaron en la celebérrima batalla de las Navas de Tolosa, donde los cristianos de los reinos de Castilla, Aragón y Navarra lograron la aplastante y decisiva victoria, la más importante de toda la reconquista. Desde Las Navas todo cambio, hasta el punto que el imperio Almohade se desintegró y jamás volvería a ser una amenaza para los cristianos. El rey castellano Alfonso VIII, agradecido a la orden, entregó a los calatravos una nueva y mejor ubicación: el castillo de Dueñas, situado justo frente al de Salvatierra, el que no habían podido retener. La nueva sede fue reforzada, altamente fortificada y se convirtió en el castillo de Calatrava la Nueva, para diferenciarlo de la primera ubicación. Desde 1217, este nuevo emplazamiento fue la sede de la orden de Calatrava, lugar que se mantendría hasta principios del siglo XIX.

castillo de calatrava la nueva

Nueva sede: castillo de Calatrava la nueva

El nuevo y flamante castillo de la orden estaba a casi 1.000 metros de altitud, en un cerro lleno de pedrizas y totalmente inexpugnable. Desde su ubicación se podía divisar enorme territorio lo que lo dotaba de una gran utilidad para un lugar que era la frontera de Al-Ándalus.

Un edificio central, cuatro torres y una  fuerte muralla fue la construcción original. Los monjes calatravos lo mejoraron considerablemente, usando mano de obra formada por cautivos musulmanes provenientes de la derrota de las Navas. A principios del siglo XIII se construyó un convento en el interior de la fortaleza. Durante los años se agregaron dos murallas más al conjunto, una que rodeaba el convento y otra lo hacía con la ciudad vieja. Hoy en día, aún podemos ver alguno de estos edificios como molinos, hornos y otros que servían de sustento al castillo.

castillo de calatrava la nueva

En el siglo XIII se construyó una capilla, la parte más imponente y la que mejor se conserva en la actualidad. Es santo y seña del castillo y visita obligada para todos lo que quieran contemplar una mirada al pasado e imaginarse el lugar donde rezaban los caballeros antes de partir a la batalla contra el que consideraban infiel. Altamente austero, propio de las construcciones bajo el amparo del Cister, es un templo de transición entre el  románico y el gótico, y está compuesto por 3 naves y destaca de sobremanera su puerta principal, llamada “puerta de la estrella” con un gran rosetón lobulado.

Según avanzaba la reconquista, también lo hacían los recursos de la orden, tanto en económicos como de monjes guerreros disponibles.

Precisamente los grandes recursos y la influencia política de las órdenes militares hizo que los Reyes Católicos decidieran regular de alguna forma su poder. Se creó un consejo especial con sede en el Palacio Real para gestionarlas. Fernando el católico fue elegido maestre de la orden en 1487 y desde entonces todos los soberanos de España se convertirían de manera automática en maestres de la orden. Sin embargo finalizada la reconquista se perdió el espíritu inicial de la orden como sucedería con el resto de las órdenes militares. Ya no había infieles en la península contra quien batallar. Pese todo se mantuvieron dueños de enormes posesiones en la península. En 1804 cambiaron de sede, abandonaron definitivamente el castillo de Calatrava la nueva que les había acogido durante casi 6 siglos. La ciudad de Almagro sería su destino.

castillo de calatrava la nueva

Pero el la revolución francesa y los liberalismos traerían nuevos aires que chocarían con el espíritu de las órdenes militares. En 1808, el rey impuesto José I Bonaparte, decretó la disolución del consejo de las órdenes militares y confiscó los bienes calatravos para la causa francesa, y es que las tropas de su hermano el emperador Napoleón tenían numerosos frentes de batalla en toda Europa. Restituidos por Fernando VII en 1814, la orden atravesaba momentos muy difíciles en pleno siglo XIX, el más complejo de la historia de España. La Primera República puso su granito de arena contra los calatravos. En 1873 suprimió las órdenes militares aunque fueron de nuevo restituidas un año después. De nuevo en época republicana, esta vez bajo la II República en 1931, la mayoría de las órdenes fueron definitivamente disueltas y transformadas en asociaciones. Sólo las órdenes de San Fernando y San Hermenegildo se mantendrían como militares.

La orden de calatrava en la actualidad

De carácter meramente honorifico, la orden se ha mantenido hasta nuestros días y aún se mantiene activa. Sigue realizando sus “capítulos”, asambleas donde se reúnen sus miembros y toman las decisiones según sus estatutos. Pese a todo siguen manteniendo los fines confesionales de sus inicios como la alabanza a Dios y la defensa de la fe.

1 “La orden de Calatrava Cisterciense”, Padre Julián Domínguez, Biblioteca UCLM.
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