El tema de vanitas es un término latino que significa vanidad. En arte es un género pictórico especial, en concreto es una clase de bodegón. El bodegón es la representación de la naturaleza muerta. El origen de este término procede de una frase de la Biblia, del libro del Eclesiastés que dice: “Vanitas Vanitatum Omnia Vanitas” que se traduce como Vanidad de vanidades, todo vanidad.
El mensaje de esta pintura es claro, llamar la atención del espectador de que la muerte está cerca y que todos los placeres y glorias terrenales son efímeros porque a todas las personas les llega la muerte tarde o temprano. Por eso todos los elementos que aparecen en este tipo de cuadros son simbólicos ya que nos demuestran que la vida es corta: Calaveras, relojes, flores, joyas, etc.
Vanitas es una clase de bodegón, la representación de la naturaleza muerta
Las épocas de las calamidades
Las grandes épocas de calamidades han dejado su impronta en el arte. Así durante la Baja Edad Media cuando Europa era azotada por la peste negra, guerras y hambrunas se desarrollaron las denominadas danzas de la muerte, género literario y artístico en el que la muerte va terminando con todos los sectores sociales. Para la historia universal el siglo XVII fue también un siglo de calamidades: epidemias de peste azotaban toda Europa y acababan con la vida de miles de personas, ocurrían grandes guerras como la guerra de los treinta años que destrozaron varias zonas de Europa, hambrunas, malas cosechas por el mal tiempo etc. Muchos historiadores han calificado el siglo XVII como la Segunda Edad Media. Todo ello hacía que la esperanza media de las personas apenas rozase los cuarenta años de vida. Todo hacía que la muerte fuese algo cotidiano en la vida de la personas y que éstas la respetasen y la temiesen.
Origen de vanitas
El tema de vanitas tuvo su origen en Holanda y el Norte de Europa, pero debido a lo universal del mensaje, pronto se difundió por el resto de Europa. Paradójicamente Europa en estos momentos estaba destrozada por las guerras de Religión, pero el mensaje de la vanitas en los países protestantes y católicos era el mismo: La brevedad de la vida.
El mensaje de la Vanitas es la brevedad de la vida
Antonio de Pereda
En España este género está ampliamente asentado a partir del segundo tercio del siglo XVII. Uno de los cuadros más importantes de este género se atribuye al pintor Antonio de Pereda (1611-1678). El cuadro se denomina El Sueño del Caballero o Desengaño del mundo, hoy en día está en la Academia de San Fernando en la ciudad de Madrid. El cuadro lo realizaría en torno a 1655 y 1670. Podemos decir como curiosidad que algunos historiadores niegan que este cuadro sea de Antonio de Pereda, pero hasta que no se demuestre lo contrario la autoría será de este pintor.
En la composición vemos como un apuesto caballero vestido con ricos ropajes se ha quedado dormido. El caballero sueña con todas las cosas que se pueden ver en la mesa. Las joyas representan la riqueza, las armas representan la victoria militar, la corona y el globo terráqueo el poder político. Frente a esta gloria terrena se representan los peligros del mundo terrenal: La máscara de teatro representa la hipocresía, la vela apagada el final de la vida, el reloj significa el tiempo el paso de la vida, las flores nos indican la velocidad del tiempo porque una vez cortadas se marchitan pronto, las calaveras representan la muerte. En general el cuadro nos llama la atención de que todas estas riquezas no las podemos llevar al otro mundo y que sólo la esencia del ser humano permanece.
El ángel sostiene una cinta que contiene una frase latina: Aeterne pungi cito, volat et Occidit cuya traducción más o menos sería, “Convoco tormentos eternos, vuelo y causó la muerte“. El ángel por lo tanto sería el encargado de despertar al caballero de ese sueño, de apartarle de las glorias terrenas, en definitiva recordarle que la única victoria posible es abandonar esa vida de lujo y dedicarse a una vida sencilla y religiosa.
El tema del sueño está muy arraigado dentro de la cultura y la literatura barroca. En concreto en este cuadro simbolizaría que el caballero está dormido porque vive una vida de fantasía, de lujo. Pero la realidad es otra, la dura y cruda realidad es que todas estas maravillas terrenales se van acabar y cuando morimos no podemos llevarlas con nosotros. Descartes ya comentaba en su hipótesis de la duda metódica, la posibilidad de que el hombre esté engañado en sus sentidos porque estuviese en vigilia o dormido.
Calderón de la Barca y el sueño
Pero el autor español que trata estos temas con más profundidad y que sin duda influyó en la obra de Pereda, fue el dramaturgo español, Pedro Calderón de la Barca, que estrenó una obra de teatro titulada La Vida es sueño en 1635. En esta obra el autor nos muestra como su personaje principal es atormentado por pensamientos sobre la libertad y el destino y como al final, Segismundo, se llega a plantear el sentido de la vida como una mera ficción o sueño.
¿Qué es la vida? Un frenesí ¿Qué es la vida? Una Ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
La contraposición entre locura, sueño y muerte es algo típico del teatro y los literatos barrocos del Siglo XVII. Podemos señalar este cuadro como una síntesis del Barroco español y su época. También refleja el espíritu de su época. España en estos momentos está en crisis en todos los niveles y está perdiendo su papel de primera potencia mundial. Para España el siglo XVII es un siglo de crisis y decadencia y esto se puede ver en la memoria colectiva de los artistas y tratadistas.
Estilísticamente el cuadro se inserta dentro del estilo barroco. Llama la atención la naturalidad de los rostros, la calidad de los materiales y la técnica del tenebrismo. Esta técnica fue inventada por el pintor italiano Caravaggio. Consistía en iluminar fuertemente los objetos más cercanos al espectador y dejar el fondo en penumbra u oscuridad. Con esta técnica se daba un ambiente misterioso y teatral al cuadro muy propio del movimiento barroco. En este caso quiere sobrecoger al espectador, creando un espacio misterioso y sobrenatural.
Caso muy similar es la Alegoría de la Vanidad que pintó en torno a 1635 y que se conserva actualmente en el Museo de Viena. La composición es muy similar. La técnica pictórica sigue siendo el tenebrismo. En la composición un ángel nos muestra todos aquellos detalles de los que son víctimas la vanidad humana: Las armas, las riquezas, joyas, dinero, símbolos del poder político y económico. Por otro lado también se nos muestra la brevedad de la vida: Las calaveras, el reloj que nos muestra el paso del tiempo, la vela apagada etc. Entre todos los detalles, destaca un camafeo de Carlos I de España y V de Alemania sobre una bola del mundo. Este detalle nos llama la atención hacía los tiempos gloriosos de España en la que era una superpotencia mundial. En estos momentos España tras la paz de Westfalia en 1648 es una potencia de segundo orden, dando a entender el cuadro que las glorias políticas y terrenales son algo pasajero.
Juan de Valdés Leal
Otro Pintor que sobresale en el tema de la vanitas en España es Juan de Valdés Leal (1622-1690). Este pintor hizo su mayor producción artística en Sevilla. Se considera, junto a Murillo (1617-1682), el pintor más destacado del Barroco español del último tercio del siglo XVII. Murillo y Valdés Leal eran rivales, siendo Murillo el más apreciado por el público. Pero podemos decir que los dos tenían estilos totalmente diferentes. Murillo era un pintor que siempre buscaba el lado amable de la vida, sus colores son cálidos y aunque el tema de la composición sea trágico él lo trata de una manera colorida y cálida. En cambio Valdés Leal era un pintor que gustaba de lo trágico, de lo dramático, sus obras están impresas de un fuerte tenebrismo.
Murillo y Valdés Leal van a ser los responsables de uno de los programas iconográficos más destacados de España en el siglo XVII, los denominados Jeroglíficos de Muerte y Salvación realizados en el Hospital de la Caridad de Sevilla entre 1671-1672. Primeros vamos analizar las obras de vanitas de Valdés Leal y después las integraremos dentro de su programa iconográfico.
Uno de los cuadros se denomina, In ictu oculi, que podemos traducir como En un abrir y cerrar de ojos. Podemos ver como un esqueleto que representa a la muerte sale de entre las sombras portando una guadaña y un féretro. Con una de sus manos apaga una vela que simboliza la vida y encima de la vela aparee la frase en un abrir y cerrar de ojos, simbolizando que la muerte puede llegar en cualquier momento. Los símbolos que aparecen a los pies de la muerte son todas las glorias terrenas: Los libros representan el conocimiento, el poder eclesiástico representado por la corona obispal y la cruz de joyas, el poder terrenal representado por la corona. Nada escapa a la muerte que tiene sus pies posados en una esfera de la tierra, que representa su victoria sobre toda la humanidad y sobre todas las glorias terrenas. El cuadro está inmerso en un fuerte tenebrismo, la muerte surge de las sombras y parece acercarse al espectador. La composición está realizada a base de diagonales y siguiendo un esquema triangular para dar dramatismo y sensación de movimiento
El segundo cuadro que se encargó a Valdés Leal para esta iglesia fue el cuadro denominado Finis Gloria Mundi (El fin de las glorias del mundo). El esquema compositivo es el mismo que en el cuadro anterior, por un lado un fuerte tenebrismo que da misterio y teatralidad a la obra y un esquema compositivo a base de diagonales para que se dé dinamismo a la obra. En el cuadro se nos representan varias tumbas de personajes de diferentes grupos sociales. En primer plano vemos el cadáver de un clérigo de alto rango descomponiéndose y a su lado está la tumba de un caballero de la orden de Calatrava. Al fondo podemos ver más cadáveres y las representaciones de una lechuza y un murciélago símbolo de los animales de las tinieblas. En el centro del cuadro podemos ver la mano llagada de Cristo que sostiene una balanza que está nivelada. El foco de luz está situado en la balanza, debido a que es la parte más importante del cuadro. En uno de los platos aparecen representados los siete pecados capitales en forma de animales y debajo están las palabras Ni Más. En otro de los platos están representados los símbolos religiosos: El corazón de Jesús, las sagradas escrituras etc., debajo del plato aparecen las palabras Ni menos. El mensaje del cuadro está claro, las riquezas de estos grandes hombres no les han servido para nada y todos tienen que enfrentarse al juicio final de Dios.
El mensaje de la balanza señala que no hacen falta más cosas para condenarse, ni menos para salvarse. Pero la balanza está equilibrada ¿Qué hace falta para salvarse y conseguir el paraíso?
Como ya se ha señalado los cuadros forman parte de un programa iconográfico que mandó realizar Miguel de Mañara. Mañara conocía las virtudes de Valdés Leal y Murillo y les encargó obras diferentes. Los cuadros de Valdés Leal estaban situados a la entrada de la Iglesia. Su misión era sobrecoger a los fieles. En primer lugar les trasmitía un mensaje: que la muerte está acechando y que el juicio de Dios es Inexorable. El segundo cuadro nos muestra cómo la balanza del juicio final está equilibrada, ¿Qué es lo que hace falta para la salvación?
Mañara ideó la respuesta colocando en los muros de la iglesia, diferentes cuadros referentes a las obras de caridad y que pintó Murillo, de una manera cálida y agradable. La misión de estos cuadros es mostrar al fiel que para la salvación del alma hace falta el ejercicio de la caridad. Debemos decir que los cuadros de Murillo fueron robados por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia en 1810 y hoy en día se encuentran repartidas por todos los museos del mundo como el Ermitage o la National Gallery de Londres. Estos cuadros recorrían los muros de la iglesia y dirigían al espectador hacía el altar dónde se representaba en un gran retablo el Entierro de Cristo, símbolo de la resurrección del alma obra de Pedro Roldán. Por lo tanto las obras de Caridad nos llevan hacía Cristo y hacía la resurrección del mundo futuro y en definitiva es lo que desequilibra la balanza.