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La última gran ofensiva de Hitler: La batalla de las Ardenas

Un 16 de diciembre de 1944 se iniciaba la última gran ofensiva alemana en la II Guerra Mundial, la batalla de Ardenas (Bélgica y Francia) contra posiciones norteamericanas.

Los aliados no pensaban que los Alemanes fueran capaces de movilizar tal contingente de tropas (medio millón de soldados y 2.000 tanques y 2.400 aviones) por lo que fueron pillados por sorpresa. La idea de Hitler era muy ambiciosa y tenía muy pocas opciones de victoria. Pensaba que si ganaba esta batalla, al estilo de la librada en Francia en 1940, los aliados occidentales no tendrían otra opción que buscar la paz y así centrarse en  los soviéticos del eje oriental. Sin embargo seguía teniendo notable inferioridad aérea y eso supuso un lastre. Tampoco Hitler hizo casos a sus generales como Model o Rundstedt, que le recomendaban una ofensiva más moderada para estabilizar líneas y evitar quedar embolsados como así sucedería. Además la carencia de combustible hizo el resto y muchos blindados se abandonaron por falta de este.

El 25 de enero de 1945 finalizaba la batalla. Pese  a que tuvieron un número de bajas similares (unas 80.000 bajas por bando) fue una derrota decisiva ya que las unidades perdidas por lo alemanes no tenían recambio e hizo más fácil el camino a Berlín por ambos frentes.

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