Tras el ataque Japonés a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, al día siguiente el 8 de diciembre a las 12:30, el presidente Franklin D. Roosevelt se dirigió al Congreso, solicitando la declaración de guerra. Pero la respuesta del Congreso fue no fue unánime, hubo una abstención, en concreto de la representante de Montana Jeanette Rankin, ferviente pacifista.