Lenin, el primer presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo tras la revolución de 1917, fue capaz de transformar la revolución del pueblo, la de los trabajadores, aquellos que querían recuperar la tierra en manos de muy pocos de la época zarista, en un régimen de represión y anulación total de los individuos. Lenin transformó a Rusia en una dictadura del partido bolchevique.
Extraídas de una visión radical de los tratados de Marx, acabó con todos los que se desviaban de sus planteamientos, anarquistas y sobre todo con el germen de la revolución, los soviets, aquellos que querían dotar al pueblo de todas las decisiones políticas y sociales y que terminaron como asambleas al servicio del partido en el poder (y único (1) en Rusia).
«El fin justifica los medios» era la base de las ideas de Lenin y el partido bolchevique.
Lenin dio una vuelta de tuerca a los regímenes absolutistas de antaño. Más allá de nepotismo ilustrado, aquello de “todo pero el pueblo pero sin el pueblo”, se transformaba en una aniquilación total de la voluntad del pueblo y llevada hasta las máximas consecuencias si era preciso. Las purgas fueron diezmando incluso a los miembros del propio partido. Por ejemplo de los primeros miembros del Consejo de Comisarios del pueblo de noviembre de 1917, más de la mitad fueron ejecutados, entre ellos León Trosky, asesinado por orden directa de Stalin.
“El fin justifica los medios” era la clave que guiaba a los bolcheviques. Con el poder en manos de los intelectuales, no les tembló el pulso para llevar a cabo todas ideas. Aunque Lenin prefería sobradamente a Trotsky, el heredero del régimen fue Stalin, que transformó la dictadura del partido en la suya propia. Mucho más cruel con el pueblo y sus compañeros de partido que su predecesor, llegando a ser uno de los mayores criminales de la historia.
Pero no sólo surgieron autoritarismo de extrema izquierda, también desembocó en el fascismo y el nazismo, que tenían como denominador común la anulación total de la voluntad del individuo y de su aniquilación si era preciso. Franco en España y sin duda Mao Zedong (Mao Tse Tung) en China es el mayor exponente, el extremo máximo del exterminio autoritario al que se le responsabilizan más asesinatos que los que sumaron Hitler y Stalin, con el atenuante de ser en tiempos de paz.
Aún en el siglo XXI nos encontramos con países de regímenes autoritarios y con libertades muy limitadas, esperarnos que algún día aprendamos. de los que nos enseña la historia.
1 La policía secreta bolchevique, la Cheka, se encargó de acusar de contrarrevolucionarios a todos lo que no compartían las ideas bolcheviques, y así los que no se unieron al partido terminaron en la cárcel, exilio o fusilados.