Actualmente nos referimos a chusma por gente despreciable, un sentido muy despectivo. Pero el origen es antiguo, probablemente en Grecia, y nos referimos a la época de las primeras galeras ya que el término hace referencia a sus remeros.
En el siglo XV y XVI las galeras volvieron a resurgir, y el Mediterráneo fue el sitio ideal para estas embarcaciones. Dos grandes flotas de galeras enfrentaron al Imperio Español y sus aliados contra los turcos en la batalla de Lepanto (7 de octubre de 1571). Chusma o galeotes era como se conocían a los remeros que movían estos singulares barcos.
¿De donde provenía la chusma?
La chusma estaba formada por delincuentes que cumplían condena en la Marina Real para conmutar sus penas. El periodo era mínimo de dos años pero comúnmente se alargaba este periodo pudiendo llegar hasta 10 años. Cada galera necesitaba unos 250 galeotes, por lo que imaginaros los vacías que debían estar las cárceles de tierra con este banderín de enganche obligado. Pero no sólo se encontraban convictos entre los miembros de la chusma, también cautivos turcos o berberiscos, o incluso gente libre en busca de una paga. Las condiciones de este grupo en la galera no eran muy agradables. Atados con grilletes, la comida era escasa y las enfermedades habituales. En caso de entrar en combate estaban totalmente desprotegidos. Las galeras chocaban entre si con sus espolones y «entraban» en los barcos enemigos arrasando varias filas de remeros. Si el barco se hundía, la chusma estaba sentenciada a irse al fondo con el barco.
Pero llegaron otros tipos de barco más modernos y la galeras cayeron en el olvido. En 1748 fueron oficialmente retiradas del servicio en la marina de España, aunque aún se usaron durante algún tiempo para la caza de piratas en el Mediterráneo.