Es curioso que la madera de la última morada del aclamado almirante de la flota inglesa era de origen francés. Exactamente de un navío, el inmenso L’Orient, buque insignia de Napoléón en la batalla del Nilo.
En las tierras de los antiguos faraones, se enfrentaron las naves de franceses e ingleses en el intento de tomar Egipto (1798), uno de los sueños del por entonces (solo) general Napoleón Bonaparte.
Tras alguna victoria en tierra del ejército francés (Abukir), los experimentados ingleses, mucho más hábiles en la guerra naval, detectaron y aniquilaron la flota francesa entre el 1 y el 2 de agosto de 1798. De esta forma se acabó el sueño de Napoleón de tomar Egipto para así bloquear el acceso inglés a su colonia en la India. Pese a todo Napoleón logró escapar en una fragata y llegar a Francia donde tomó el poder.
En el transcurso de aquella batalla, donde los ingleses sorprendieron a los franceses cerca del puerto, el navío L’Orient (rebautizado tras llamarse «el Delfín Real»), con 120 cañones (por 74 de la mayoría de los ingleses) e insignia de la flota francesa sufrió una explosión en su santabárbara (según las investigaciones parece que pudieron explotar de manera casi simultánea las dos santabárbaras con las que contaba), yéndose al fondo del mar con más de 500 marineros.
Tras la explosión del buque francés, los ingleses pudieron recoger el palo mayor del barco que usaron para para tan notable uso, pues era Horatio Nelson el que guiaba los destinos de la flota inglesa en aquellas jornadas.