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Las expediciones alemanas de los Welser en América durante el siglo XVI

Los primeros viajes colombinos asentaron la presencia española en las Antillas, pero pronto dieron el salto a tierra firme, lo que ofreció una gran oportunidad para muchos aventureros y hombres de fortuna para buscar riquezas y un futuro mejor.

Se fletaron muchas expediciones, pero sin duda las más curiosas fueron las realizadas por los alemanes en la zona de la actual Venezuela. Entre 1525 y 1546 se promovieron grandes expediciones patrocinadas por los Welser, una prestigiosa familia de banqueros alemanes con Bartolomé Welser «el Viejo» al frente. Además, estos viajes tenían el «permiso especial» para comerciar en las Indias.

expediciones alemanas Venezuela Welser

La razón de este privilegio se remonta a la elección de Carlos I como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. El fallecimiento de su abuelo Maximiliano en enero de 1519, dejó vacante el trono que no era hereditario pese a los deseos que había expresado el archiduque de Austria de que recayera en su nieto, ya que había dado su «sangre, dinero y juventud» por el Imperio.

La elección imperial abrió una competencia entre los dos principales candidatos, Carlos I de España y Francisco I de Francia. Y es allí donde tuvieron una importancia trascendental los banqueros alemanes, tanto los Fugger como los Welser, ya que la elección se transformó en una auténtica subasta que requería la mayoría de los votos de los siete príncipes electores. Al final el dinero de los banqueros decantó la balanza y Carlos I se convirtió, además, en Carlos V de Alemania

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El acuerdo Carlos V y los Welser

Entre 1525 y 1528 se fueron pactando las diferentes concesiones que incluían un permiso para comercial en igualdad de condiciones con los castellanos; la autorización para crear una factoría en la isla de La Española y poder comerciar directamente con Flandes; y además poder explorar y conquistar un territorio acotado en Venezuela.

Territorio acordado entre los Welser y Carlos V en Venezuela
Territorio acordado entre los Welser y Carlos V en Venezuela

El territorio con licencia para la conquista se extendía desde el Cabo de la Vela hasta el Cabo Maracapana y permitió realizar numerosas expediciones durante veinte años, todas ellas en busca del mito de «El Dorado» y casi todas fracasadas.

Entre los principales exploradores alemanes encontramos cuatro nombres: Ambrosio Alfinger, Jorge Hohermut, Nicolás Federmann y Felipe Hutten. Casi todos fallecieron en el intento de encontrar los famosos legendarios tesoros de los que todos hablaban.

La llegada de Ambrosio Alfinger a Venezuela
La llegada de Ambrosio Alfinger a Venezuela en busca de oro

Ambrosio Alfinger

La primera de estas expediciones llevó el mando de Ambrosio Alfinger, que llegó a América en 1528 y fue nombrado gobernador de la ciudad de Coro (ciudad rebautizada durante medio siglo como Neu Augsburg), por lo que se le califica como el primer gobernador de Venezuela. Tres años después de su llegada inició su gran empresa al frente de ciento cincuenta hombres. Cruzó la Sierra de Santa Marta y obtuvo un botín de oro en el pueblo de Pauxoto, que decidió enviar de vuelta a Coro con una veintena de sus hombres que se perdieron y con ello el tesoro que portaban. Alfinger continuó su exploración y solicitó refuerzos, espoleado por las noticias que recibía de la existencia de lugares «repletos de oro». Sin embargo, las dificultades para llegar a Cimití, el pueblo dorado del que le habían hablado, fueron enormes por las ciénagas y zonas pantanosas. La vuelta a Coro fue desastrosa, acosados por las tribus que no les dieron tregua. Tuvieron muchas bajas e incluso Alfinger fue herido por una flecha envenenada que le causó la muerte tras varios días enfermo. El resto de la expedición llegó a Coro tras más de dos años de viaje con una buena cantidad de oro, lo que animó a emprender nuevas expediciones.

Armada Welser en Venezuela con Jorge Espira
Armada Welser con Jorge Espira (jubón negro) por Hieronymus Köler

Jorge Espira

Un año después del fallecimiento de Alfinger, llegó al Nuevo Mundo Jorge Hohermut, conocido por los españoles como Jorge Espira en referencia a su origen (la ciudad de las famosas dietas imperiales durante la reforma de Lutero) hasta el punto que firmaba con ese nombre los documentos. Nombrado gobernador de Venezuela, preparó su propia expedición en 1535 en busca de El Dorado, del que todos hablaban en Coro. Hombre de gran ambición, reunió medio millar de hombres y siguió una de las rutas de Federmann y recibieron noticias de las riquezas de los Chibchas que asociaron al mito. Se internaron en los llanos andinos, cerca del río Opia, pero no encontraron una vía de acceso para atravesar la gran cordillera andina que los hubiera llevado directo a los chibchas. La vuelta fue complicada con indios muy belicosos y antropófagos (se decía que hacían lanzas con huesos humanos). Regresó a Coro en 1538 con un escaso botín y con un 75% de bajas. Dos años más tarde, cuando preparaba un nuevo viaje, falleció de fiebres.

Nicolás Federmann

Federmann formaba parte de las compañías comerciales de los Welser. Llegó a Venezuela durante la expedición de Alfinger para su auxilio y asegurar el poblamiento alemán en Coro. Asumió su gobernación tras la salida de Alfinger en julio de 1530, pero dos meses después inició su propia aventura con una expedición de más de 200 hombres entre soldados e indígenas portadores, donde exploró el Alto Orinoco. Unos meses después regresaba con un gran botín de oro. Sin embargo, por no cumplir la orden de mantenerse en Coro, fue desterrado de las Indias, regresando a Sevilla donde escribió un pormenorizado relato de sus aventuras. El texto convenció a los Welser y volvió a Venezuela, inicialmente para suceder a Alfinger, pero finalmente fue Jorge Espira quien asumió la gobernación.

Estatua de Federmann en Riohacha
Estatua en honor a Nicolás de Federmann en el parque que lleva su nombre en Riohacha (Colombia). Esto confirma que sus conquistas traspasaron los territorios asignados a los Welser.

En 1537 preparó otra expedición con más de 400 hombres con los que atravesó el río Apure y siguió las huellas del paso de Espira. Los indios de la zona le informaron de los grandes tesoros que poseía un cacique más a occidente, que tenía tanto oro que lo tiraba a la laguna donde se bañaba. Sin embargo, la sierra de Santa Marta y la Cordillera Oriental le cerraban el paso y no fue capaz de atravesarlas. Se encontró con la expedición de Jiménez de Quesada (en cuyo viaje fundó Santa Fé de Bogotá) que ya había descubierto y conquistado el país de los chibchas, aunque llegaron a un acuerdo para repartirse el botín. Poco tiempo después apareció otro explorador español, Sebastián de Belalcázar (o Benalcázar), que provenía desde Quito. Entre ellos surgieron problemas jurisdiccionales de las regiones de Coro, Santa Marta y Quito (aunque curiosamente todos ellos habían desobedecido a sus respectivos gobernadores). Decidieron regresar a España para delimitar sus conquistas. Quesada y Belalcázar obtuvieron grandes recompensas, ambos fueron nombrados mariscales y el segundo obtuvo la gobernación de Popayán (entre Quito y Cartagena). A Federmann le fue bastante peor, ya que sus conquistas no fueron reconocidas e incluso se le acusó de esconder parte del botín, por lo que fue encarcelado. Llegó a acusar a los Welser ante el Consejo de Indias, aunque después se arrepintió. Falleció en Valladolid en 1542, único de los cuatro conquistadores alemanes que no lo hizo en América.

Felipe de Hutten

El último de estos aventureros fue Felipe de Hutten, que fue además el último gobernador alemán de Venezuela. Llegó al Nuevo Mundo y se enroló en la expedición de Jorge Espira. Aunque la falta de éxitos iniciales le hizo pensar en regresar a Alemania, las noticias del oro del país de los Chibchas que habían llegado de la expedición de Federmann y Espira, le animó a preparar su gran expedición. Partió en agosto de 1541 con un centenar de soldados, algunos con experiencia en expediciones anteriores. Uno de sus acompañantes era Bartolomé, hijo de Bartolomé Welser el Viejo, que había acordado con Carlos V la concesión indiana.

Expedición Welser con Hohermut Jorge Espira y Felipe Hutten
Expedición Welser con Jorge Espira (derecha) y Felipe Hutten (centro) antes de partir de Sanlúcar de Barrameda (Hieronymus Köler)

Siguió las huellas de otra expedición hasta que llegaron al Alto Amazonas. Allí vivieron calamidades, pero algunos caciques locales les contaron maravillas de los Omaguas y su oro, pero también les advirtieron que iban a necesitar más hombres para enfrentarse a ellos. Efectivamente, fueron derrotados y tuvieron que huir, con Hutten herido. Intentó regresar con refuerzos, pero tras cinco años de espera tuvo que regresar a Coro. Allí se encontró con cambios importantes, como el nombramiento de un nuevo Gobernador de Venezuela, Juan de Frías, aunque en aquel momento se encontraba ausente y había dejado a Juan de Carvajal al mando, cuya ambición de poder le llevó a autoproclamarse gobernador. Las diferencias con Hutten fueron notables y el usurpador le apresó y ejecutó en mayo de 1545, junto a algunos colaboradores como Bartolomé Welser. Carvajal también terminó ajusticiado dos años más tarde.

Con Hutten se puso punto y final a la aventura alemana en Venezuela, cuya concesión concluyó el 13 de abril de 1546 por sentencia del Consejo de Indias. El resultado fue muy pobre, centrados en la búsqueda de riquezas y en el mito de El Dorado, dejaron a un lado la fundación de ciudades o la evangelización de los indios.

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