Guillermo II fue el último monarca que reinó en Alemania como Kaiser o Emperador. También fue rey de Prusia.
En el trono desde 1888, el final de su reinado llegó tras la derrota Alemana en la Primera Guerra Mundial en noviembre de 1918, siendo obligado a abdicar y partir al exilio. Curiosamente en el Tratado de Versalles se estipulaba su persecución como responsable de «ofensas contra moralidad internacional» y por el incumplimiento de tratados internacionales, pero se exilió a Países Bajos, país neutral en la gran Guerra, y este rehusó extraditarlo pese a la solicitud aliada.
Falleció en la localidad de Doorn en 1941 en plena segunda contienda mundial.