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El origen nazi del primer viaje a la luna

En 1969 se ponía en el suelo lunar la bandera de los Estados Unidos de América. El país norteamericano se había impuesto a los soviéticos en la llamada carrera espacial, aquella competición contrarreloj que estuvieron muy cerca de perder, y que una enorme cantidad de dinero y la aparición de un personaje oscuro resultaron finalmente decisivos.

Von Braun

Este personaje al que nos referimos es Wernher von Braun, el ingeniero responsable de la construcción del cohete Saturno V, aquel que logró poner el Apolo XI en la Luna.

Nacido en Alemania en 1912, este aristócrata (su padre era barón) estaba obsesionado desde su juventud en los viajes especiales y en la conquista de otros planetas. A principios de los años 30, el ejército le proporcionó los recursos necesarios para seguir trabajando en su pasión, el desarrollo de cohetes. Pero su momento estaba por llegar: este fue sin duda la llegada al poder de Hitler y el rearme de la potencia alemana. Junto a los nazis logró un presupuesto casi ilimitado para sus propósitos, pese a que había cambiado su objetivo de construir cohetes para alcanzar la luna por otros de destrucción y muerte. Braun le dio a Hitler el arma que este soñó: el cohete V2, el primer cohete intercontinental de la historia, capaz de llevar 1 tonelada de bombas a más de 300 km y a la increíble e inalcanzable velocidad de 5.500 km/h. Londres y Amberes sufrieron el azote de los cohetes de Braun, causando miles de muertos en los últimos momentos de la Segunda Guerra Mundial. Los alemanes lanzaron cerca de 3.000 de estos artilugios causando más de 7.000 muertes y muchos más heridos. Pero llegó tarde para ser el arma definitiva que deseaba Hitler, pues a finales de 1944 nada podía cambiar el rumbo de la guerra.

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 «Si hubiésemos tenido esta arma en 1939, no hubiera habido guerra»

(Hitler sobre la V2)

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Miembro del partido nazi, a este genio de la ingeniería no le tembló el pulso para aceptar la proposición del mismísimo Himmler de entrar en las temibles S.S. Sabía que esto sólo supondría un avance es su estatus y todavía más y mejor es recursos para sus proyectos. Nunca le importó el uso final de sus cohetes ni las condiciones de trabajo de los que los fabricaban. Pero según avanzaron los acontecimientos, el final de la guerra pintaba mal para su Alemania, pronto comprendió que su futuro estaba en los Estados Unidos, cosa que no ocultaba y le costó algún que otro arresto.

Los aliados conocían bien el poder de las V2  y todos se disputaron al responsable de estos increíbles y devastadores ingenios. Como él deseaba, los norteamericanos se hicieron finalmente con Braun y con la mayoría de su equipo, incluyendo documentos y materiales para la construcción de decenas de V2. En plena caza de nazis, ocultaron los documentos que comprometían a Braun como su pertenencia a las S.S. de Himmler. Otros que fueron acusados de uso de trabajadores forzados terminaron condenados a muerte en los juicios de Núremberg.

von braun hitler kennedy
Imágenes de Von Braun junto a Hitler y J.F. Kennedy

Los comienzos de Braun en su nuevo país no fueron fáciles, pues pese a construir varias unidades de V2 para pruebas, el ahora presidente Eisenhower no estaba nada interesado en la carrera espacial y por tanto, con la guerra finalizada, los proyectos de Braun estaban parados. Fue una nueva guerra, la guerra fría, y los enormes éxitos soviéticos en los primeros compases de la carrera espacial, los que hicieron que los norteamericanos tuvieran que recurrir al único que podía hacerles ganar esa carrera tecnológica. El ingeniero alemán supo cómo nadie “vender” el proyecto y no dudo de usar la misma estrategia con J.F. Kennedy que antes había usado con Hitler: Mostrar en una exhibición toda la potencia de estos cohetes y el enorme ruido que generaban. El norteamericano (al igual que el dictador alemán) salió impresionado de la prueba. Incluso Braun se ayudó de Walt Disney para convencer a la opinión pública que los viajes interplanetarios eran posibles.

Por aquella época se decía que si dos cohetes, uno americano y uno soviético, se encontraban en el espacio, se saludaban en alemán.

Así, el 20 de julio de 1969, el sueño que había tenido desde niño se hizo por fin realidad. Sus motores cumplieron con lo que les había prometido: llevar al Apolo XI más allá de la órbita terrestre.

Pero el sueño de Braun iba más allá de la Luna. Sin embargo la carrera espacial había terminado con victoria final in extremis para los americanos. Ya no tenía sentido continuar con el enorme gasto que había supuesto esta carrera tecnológica.

von braun apolo xi
Von Braun celebra el éxito en el lanzamiento del Apolo XI con su Saturno V.

Tras el alunizaje de Armstrong, Aldrin y Collins, Braun se hizo enormemente famoso en los estados unidos, país que no sólo le había acogido sino que además le había otorgado la nacionalidad. Con la fama también surgieron voces que no dejaban de recordar su pasado en la Alemania de Hitler.

La V2 y el Saturno V, el legado de Braun

Finalmente, tras abandonar la NASA, un cáncer acabó con su vida en 1977. Así acababa la vida de un genio de turbio pasado, al que jamás le importó el sacrificio de vidas humanas mientras consiguiera sus fines. La V2 y el Saturno V, son su legado. La diferencia entre ambas, notable.

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2 COMENTARIOS

  1. He disfrutado mucho el artículo, Ángel. Conocía la historia de von Braun, pero aún así me ha aportado muchos datos nuevos. Me ha llamado especialmente la atención la fotografía con Hitler, que no conocía, y el contraste con la de Kennedy. Y, sobre todo, el vídeo, una pequeña joya histórica. Excelentemente documentado.
    Un saludo!

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