La confirmación de que los restos aparecidos en Gran Dolina pertenecían a una nueva especie de homínido, el Homo antecessor, fue un hito histórico que aportó información trascendental sobre cómo fueron los primeros pobladores de Europa y lo que nos une a ellos.
Un 8 de julio de 1994, la arqueóloga Aurora Martín descubrió un diente en el estado TD6 del yacimiento de Gran Dolina, en Atapuerca. Aún no era consciente que había descubierto una nueva especie y cuya datación se fijó entre 900.000 y 950.000 años, más antiguos que cualquier otro resto encontrado en Europa hasta ese momento. El propio Bermúdez de Castro, uno de los codirectores de Atapuerca, ha indicado que pese a que sabían de su importancia «no sabíamos qué trascendencia podía tener».
En el estrato, que a partir de entonces se le denominó «Aurora», se descubrieron un total de 170 restos que incluían cráneos, múltiples huesos y una treintena de dientes. Estos últimos resultaron ser clave para las posteriores hipótesis del equipo de Atapuerca ya que nos dan una importante información sobre la evolución de las especies. Los restos encontrados formaban un mínimo de once individuos, inmaduros en su mayoría, entre 3 y 25 años, junto con unas 700 piezas líticas.
En campañas posteriores se han ido encontrando más restos antecessor. En la última de 2024 se ha descubierto un incisivo de una mujer de unos 25 años de la que no había ningún resto anterior.
La importancia del descubrimiento
Ya sabemos que los yacimientos de Atapuerca nacen por el resultado de un fracaso empresarial, como fue el intento de conexión entre Burgos y Bilbao. En los años 60 comenzaron las excavaciones y en los 90 llegó el equipazo formado por José Luis Asuaga, Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro. Los tres codirectores de Atapuerca se han mantenido todos estos años al frente del yacimiento burgalés, aunque entre este año y el que viene les llega la merecida jubilación, dando el testigo a otros que continuarán con su legado.
Ya en el año 93 fueron portada en la revista Nature tras la aparición en la cima de los huesos de cráneos casi completos de Homo heidelbergensis, entre ellos el famoso Miguelón. Pero fue en 1994 cuando estos nuevos restos lo cambiaron todo ya que no pertenecía a ninguna especie de homínido conocida hasta entonces. Tres años después, en 1997, se publicaron los estudios que lo confirmaban: se trataba de una nueva especie, denominada Homo antecessor (que significa «explorador») y que se convertían en el europeo más antiguo descubierto hasta entonces, superando a la tibia de Boxgrove en el sur de Inglaterra y a la mandíbula de Mauer en Alemania, ambas datadas de hace unos 500.000 años
El debate abierto sobre el antecessor
Los primeros análisis de los restos detectaron rasgos plesiomórficos, es decir caracteres presentes en otras especies posteriores como los Homo sapiens y los Homo neanderthalensis. Estas especies no están directamente conectadas evolutivamente y son originarias de África y Eurasia respectivamente.
Bermúdez de Castro fue el que apostó por el nombre de Homo anteceSsor («explorador») en lugar de otros propuestos como Homo atapuerquensis o burgalensis
Es por ello por lo que parece que el antecessor puede ser un ancestro común tanto de sapiens como de neandertales. Otra de las conclusiones es que Europa se pobló mucho antes de lo que se pensaba, en concreto durante el Pleistoceno Inferior (anterior a 780.000 años) y no durante el Medio (128k-780k) como indican los restos de Boxgrove o Mauer. Todo esto ha sido superado por los nuevos descubrimientos en la Sima del Elefante, otro yacimiento de Atapuerca, en concreto el Homo sp, datado de hace 1,4 millones de años, pero eso es otra historia :).
¿Cómo llegó el Homo antecessor hasta Atapuerca?
El origen fue la siguiente pregunta que probablemente se hizo el equipo de Atapuerca. Se sabe que el Homo erectus es el primero que sale de África para colonizar el mundo (por ello se suele distinguir del Homo ergaster, que fue el “erectus” que permaneció en África).
Sin embargo los estudios mostraron que el antecessor y el erectus no eran la misma especie, por lo que el equipo de Atapuerca llegó a la hipótesis de que se trataban de dos humanidades diferentes. Se trataba en realidad de dos poblaciones de Homo antecessor que dieron como resultado una rama europea que dieron forma a los neandertales y otra africana que fueron los sapiens. Estas conclusiones pueden explicar los rasgos comunes encontrados entre ambas especies y que ha sido unas de las principales conclusiones del equipo.
¿Cómo era el Homo antecessor?
Se trataba de individuos altos y fuertes, que solían superar los 160 centímetros, llegando en algunos casos a los 185 centímetros de altura y 90 kilos de peso. Su cerebro tenía una capacidad de unos 1.000 centímetros cúbicos, inferior a los sapiens (1.350 cc) y aún más a los neandentales (1.500 cc.)
Respecto a las comparativas de los restos podemos decir que tenían una mandíbula más primitiva que neandertales y sapiens, con algunas semejanzas a los homínidos de origen africaco como el Homo erectus o el Homo ergaster aunque menos robusta.
La morfología facial de los individuos era similar a los sapiens, incluso más que a los neardentales que tenían características más robustas. Algo similar sucede con el patrón de desarrollo de los dientes, casi idéntico al de los sapiens, por lo que se puede considerar que el antecessor había comenzado cierta «modernización». Sin embargo, otras características de la dentadura como los molares de raíces dobles les acercaban más a características de los neardentales.
Todo hace pensar que se trata de una combinación de rasgos primitivos y derivados, que es en lo que se basa la hipótesis del equipo de Atapuerca del origen africano del antecessor.
El hábitat en la cueva de Gran Dolina
El lugar donde convivían los antecessor de Atapuerca se ha considerado un campamento central en base a las evidencias encontradas en la cueva. Pese a ser grupos de cazadores-recolectores totalmente nómadas, usaban lugares temporales a los que volvían regularmente en determinadas épocas del año.
En este asentamiento se han encontrado restos de animales antropizados, lo que muestra que llevaban alimentos para ser consumidos en la cueva. También se han encontrado algunos patrones de caza y numerosas herramientas líticas junto a restos de las cadenas de producción de las mismas. Al Homo antecessor se le asocia la tecnología lítica de Modo 1 (también llamada Olduvayense), formadas por cantos poco trabajados con gran parte de la corteza sin tratar. Entre los restos del antecessor de Atapuerca se han descubierto las primeras evidencias de canibalismo que las sitúan como las más antiguas de toda la prehistoria. Aunque la zona era abundante en cuanto a recursos, es probable que hubiera periodos de hambrunas. Esta costumbre de los antecessor ha dificultado la catalogación de muchas de las piezas por su estado.
Otros “antecessor”
Aunque a día de hoy se considera que los restos de antecessor solo están en Atapuerca, hay algunas evidencias similares como el Hombre de Ceprano en Italia, donde apareció la parte superior de un cráneo datado entre 800-900 mil años y que comparte algunas características con los restos de Gran Dolina. En Norfolk, en el sur de Inglaterra, también aparecieron herramientas líticas datadas hace 780 mil años y cuya hipótesis es que pudieron ser usadas por poblaciones de antecessor. También aparecieron huellas que podrían pertenecer a esa especie, pero no se han encontrado restos óseos hasta el momento.
Solo 15 años siendo el europeo más antiguo
Entre 1994 y 2007, el Homo antecessor se consideró los restos del europeo más “viejo”, con una edad de 950.000 años. Sin embargo, y como ya hemos adelantado unos párrafos más arriba, en el 2007, de nuevo en Atapuerca aunque esta vez en el yacimiento de la Sima del Elefante (¡a tan solo 200 metros de Gran Dolina!), aparecieron nuevos restos más antiguos.
Nueva especie: Homo sp
Una mandíbula de un individuo de unos 20 años de edad que fueron datados entre 1,2 y 1,3 millones de años. Inicialmente se pensó que eran antecessor, pero los estudios mostraron que estaba más cerca a los ergaster africanos o al erectus de Georgia que al “explorador” de Gran Dolina. Una vez descartada la idea se confirmó que formaban una nueva especie, conocida hasta ahora como Homo sp ya que aún está pendiente de definir su nombre final. De nuevo en la campaña de 2022, aparecieron más restos del sp con una antigüedad de 1,4 millones de años. Hasta ahora son los europeos más antiguos pero seguro que por poco tiempo…