El terrible incendio del Bazar de la Caridad sucedió en París en 1897 y obligó a las autoridades a buscar alternativas para identificar a los cadáveres. Los dentistas dieron con la solución y nació la odontología forense.
Catástrofe en el cine del Bazar de la Caridad
El 4 de mayo de 1897 se incendió el Bazar de la Caridad de París, una feria que cada año se celebraba en la capital francesa para recaudar fondos para los más necesitados. Aquel año decidieron usar un cinematógrafo, el invento reciente de los hermanos Lumière que permitía ver la magia de las imágenes en una pantalla. Sin embargo nadie podía imaginar que ese invento tan reciente y maravilloso iba a provocar una de las mayores tragedias de la historia de la ciudad.
El Bazar de la Caridad y la aristocracia francesa
El Bazar de la Caridad se celebraba desde 1885 y aquel año se realizó en la calle de Jean Goujon, muy cerca de los Campos Elíseos. Imitando una calle del París medieval, se instalaron una serie de galerías de madera donde se vendían diferentes productos como artesanía u obras de arte para recaudar fondos. La superficie ocupaba unos 70 metros de largo y 20 de ancho. La organización estaba formada por las grandes damas de la aristocracia francesa que hacían de vendedoras en los puestos para tan singular ocasión.
La mayoría de la víctimas fueron damas de la más alta aristocracia francesa
El incendio
La representación de cine se realizó en el fondo de la galería y para ello se contrató a una empresa del famoso cinematógrafo Joly-Normandin. El aparato de cine usaba un sistema de éter y oxígeno, en lugar de electricidad, lo que resultó fatal. En la mitad de la proyección, y debido a la oscuridad, el sr. Bagrachow, encargado de la proyección, encendió un fósforo para ver mejor y lograr encender la lámpara que se había apagado al cambiar de película. El vapor de éter generó una enorme llama y la película, que estaba formada por nitrato, se incendió. Enseguida el fuego se extendió por toda la galería. Los puestos de madera, los paneles decorativos y el techo de cartón alquitranado, resultaron una autopista para las llamas.
El fuego se inició a las 16:20 y pese a que los bomberos llegaron veinte minutos más tarde, poco pudieron hacer con sus rudimentarias bombas de vapor ante semejante incendio. Diez minutos habían bastado para reducirlo todo a cenizas. Cuando lograron controlarlo se percataron del alcance de la tragedia. El fuego había sepultado a 126 personas y había dejado a dos centenares más con graves heridas.
Lista de aristócratas que perdieron la vida en el incendio:
- Duquesa de Alençon
- Condesa de Hunolstein
- Condesa de Moustier
- Condesa Mimerel
- Condesa de Horn
- Condesa Couret de Villeneuve
- Condesa de Isoard Vauvenargues
- Condesa Haward de La Blotterie
- Condesa de Luppé
- Condesa Sérurier
- Marquesa de Bouthillier Chavigny
- Baronesa de San Didier
- Baronesa Caruel de San Martín
- Baronesa de Saint Didier
- Vizcondesa de Saint-Périer
- Vizcondesa de Avenel
- Vizcondesa de Beauchamp
La gran mayoría de la víctimas eran mujeres de la alta aristocracia francesa, entre las que destacaba la duquesa de Alençon, Sofía Carlota de Baviera, que era la hermana de Isabel de Baviera, emperatriz de Austria y conocida como Sissi. Las víctimas se encontraron en una ratonera con pocas salidas y además muy estrechas, por lo que enseguida se hizo un tapón que resultó fatal. Hay quién asegura que muchos de los hombres que allí se encontraban hicieron lo posible por salvarse sin prestar ningún tipo de ayuda, aunque es algo bastante improbable. De entre las víctimas solo hubo 6 hombres y un niño, pero no podemos olvidar que el bazar estaba frecuentado principalmente por mujeres. De entre las fallecidos masculinos estaba el general Munier, un veterano de la batalla de Sedán que falleció al auxiliar a las víctimas. Hubo una muerte española, Adelaida Corradi. Era la mujer del cónsul de España en París y se encontraba ayudando en el Bazar junto a otras muchas mujeres.
La mujer del cónsul de España en París se encontraba entre los fallecidos
La identificación de los cadáveres
Uno de los mayores problemas que tuvieron las autoridades fue identificar a la gran mayoría de las víctimas que habían quedado carbonizadas en el incendio. Se reunieron todo tipo de objetos personales cómo zapatos, ropa o joyas, y se usó el Palacio de la Industria (actualmente es el Gran Palacio de París) como depósito de cadáveres. Allí acudieron los familiares para hacer el terrible reconocimiento e identificar a los suyos. Sin embargo hubo una treintena de cadáveres que no pudieron ser identificados por su terrible estado, con sus caras irreconocibles y ningún otra forma de reconocerles.
El cónsul de Paraguay sugirió que la solución podría estar en los dentistas
La solución la aportó el cónsul de Paraguay, Hans Albert, que sugirió llamar a los dentistas que habían dado servicio a las víctimas. No pudo tener una mejor idea. Los dentistas poseían fichas de las dentaduras de todas aquellas personas y pudieron identificarlas a todas ellas. Una sustracción de un diente, una obturación o empaste, un diente de oro o de espiga o cualquier otro detalle resultó decisivo para su identificación.
El nacimiento de la odontología forense
Lo único positivo del suceso fue el nacimiento de la odontología forense, también llamada odontología legal, que fue el uso de los estudios dentales para el reconocimiento de víctimas. El padre de esta nueva ciencia fue el doctor cubano Óscar Amoedo (1863-1945), que si bien no participó en el reconocimiento de las víctimas del Bazar de la Caridad, se entrevistó con todos los dentistas que sí habían intervenido. Recopiló todos los datos y publicó su obra maestra El arte dentario en Medicina Legal (L’Art Dentaire de Medicine Legale).
La memoria a las víctimas
En el lugar del incendio se construyó la capilla de Nuestra Señora de la Consolación, inaugurada en 1900 y que pertenece a la asociación el Memorial del Bazar de la Caridad formado por los descendientes de las víctimas. El arquitecto de la capilla, Albert Guilbert, logró por ello la medalla de oro en la Exposición Universal celebrada en París 1900.
Bibliografía:
«La catástrofe del Bazar de la Caridad de París, nacimiento de la Odontología Legal» (Oscar Heit, Abraham Arcushin y Carlos M. González)
«Historia Universal del cine» (Ed. Planeta)
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