Las Leyes de Burgos de 1512

Las Leyes de Burgos o Las ordenanzas reales para el buen regimiento y tratamiento de los indios, que era su denominación original, no solo fue la primera forma legislativa para el Nuevo Mundo recién descubierto, sino además el nacimiento del Derecho Internacional mediante el que se reconocían tanto los derechos humanos como la realidad jurídica para los habitantes de las Indias.

Reacción ante los excesos

Las Leyes de Burgos surgen como reacción a los excesos que habían realizado los primeros conquistadores tras el descubrimiento de América. En 1493, el papa Alejandro VI promulgó las llamadas Bulas Alejandrinas, las bulas Intercaeteras, que otorgaba a España la soberanía de los nuevos territorios y permitían su colonización siempre y cuando fueran acompañadas de evangelización.

Las Leyes de Burgos surgen ante los excesos en el Nuevo Mundo, tras discutir sobre la naturaleza de los indios, el trato que deben recibir y sobre el territorio americano

Pero los repartimientos y las encomiendas de los nuevos territorios motivaron excesos y abuso sobre la población nativa, obligando a los nativos a trabajar. Colón envió esclavos a los Reyes Católicos que causó su enojo por el trato recibido a sus súbditos. Los Católicos no solo promulgaron una cédula para su liberación, sino que terminaron destituyendo al Almirante y llevándolo a juicio.

La Junta de Burgos

Fueron los dominicos los primeros que denunciaron la situación de la población nativa, sobre todo tras el Sermón de Montesinos en las Navidades de 1511.

De primeras los dominicos fueron reprobados y acusados por la Monarquía Hispánica, pero sus demandas tuvieron consecuencias en la Junta de Burgos, convocada por en rey Fernando el Católico para tratar las cuestiones sobre los nativos del Nuevo Mundo, tanto a nivel moral, filosófico y jurídico.

La junta contó con los principales letrados, juristas y teólogos peninsulares y algunos franciscanos que habían llegado de América. Fue presidida por el obispo de Palencia.

Se trata de un hecho histórico que a principios del XVI, y sin que la Monarquía Hispánica tuviera necesidad de hacerlo e incluso a sabiendas que iba contra sus intereses económicos, se discutiera sobre los derechos de los indios

En las reuniones hubo numerosas propuestas que fueron discutidas en veinte sesiones. Desde aquellas que abogaban por la libertad y los plenos derechos de los indios y contra las encomiendas, propuestas de los franciscanos, o los que defendían la institución de la Encomienda en base a la cédula isabelina de 1503.

35 leyes

Finalmente se adoptaron una serie de conclusiones, formalizadas en unas 35 leyes. La primera y más importante era que los indios eran considerados libres y debían ser tratados como tales. Respecto a la religión, como indicaban las Bulas Alejandrinas, debían ser instruidos en la fe cristiana y debían tener contacto con otros cristianos. Además tenían la obligación de trabajar de manera justa, con horas de descanso y un salario acorde. Además debían poseer casas y terreno propio, y disponer de tiempo suficiente para cultivarlas para su propio beneficio. Respecto a los repartimientos de las tierras, se decidió mantener las encomiendas de 1503.

Todas estas leyes, y las que fueron surgiendo posteriormente, se recopilaron en 1680, en la Compilación de las Leyes de Indias, un compendio de más de 6.000 leyes en 9 libros.

Pese al notorio avance en los derechos de los indios, los dominicos siguieron oponiéndose y solicitando mayores derechos. Durante el siglo XVI se promulgaron más leyes que ampliaban los derechos indianos. Un año después a la Junta de Burgos se aprobaron las Leyes de Valladolid, que mejoraban las condiciones de trabajo y aumentaban los derechos para las mujeres y los niños. En 1550 se celebró la Junta de Valladolid ante las airadas denuncias de Bartolomé de las Casas.

Un hito histórico

Debemos entender las Leyes de Burgos como un hito histórico, algo casi impensable que se discutiera a principios del siglo XVI sobre los derechos de los indios.

Era el primer texto normativo sobre los derechos de los indígenas del Nuevo Mundo y un antecedente en el reconocimiento de los Derechos Humanos. No debemos perder de vista que se realizó en medio de un debate sin que la Monarquía Hispánica tuviera necesidad de ello, hasta el punto de que era algo impensable para otras naciones modernas.

Se decidió discutir y aprobar un texto que iba en contra de los intereses económicos del país. Esta nueva nueva realidad jurídica, con clara influencia de la Escuela de Salamanca, debemos enmarcarlo como el nacimiento del Derecho Internacional. Senda que continuaría con la Paz de Westfalia de 1648, y ya en el siglo XX, con la Sociedad de las Naciones o la actual ONU y La Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948.

Bibliografía:

• “Las Leyes de Burgos de 1512, procedente del derecho internacional y del reconocimiento de los derechos humanos” (Juan Cruz Monje)
• “Leyes de Burgos de 1512» (Francisco de Borja Vallejo)