Según se cuenta, esta enigmática frase la pronunció el gran marino, comerciante y aventurero Marco Polo. Rodeado de sus amigos en sus últimos momentos de vida y al ser preguntado si había exagerado (algo que solía hacer a menudo) al contar sus aventuras de los viajes por Asia.
Marco se unió a su padre Nicolás y su tío Mateo en el segundo viaje a Asia, en 1271. Estos ya habían partido hacia las tierras del gran Khan en 1255, volviendo de China con un mensaje de Kublai Khan (nieto de Genghis Khan) al Papa de Roma, del que pretendía recibir fuentes de conocimiento. Sin embargo los tiempos para la cristiandad eran convulsos (en plenas cruzadas) y tuvieron que regresar a Pekín con pocos presentes pero con un integrante más.
El segundo viaje de la familia Polo tuvo una estancia de ¡24 años!, de los cuales Marco estuvo 17 años al servicio del gran Khan, del que fue consejero e incluso emisario. En todo aquel tiempo consiguieron reunir una gran riqueza y regresaron a Venecia, su ciudad de origen (aunque se sabe que Marco nació en Korcula, Croacia), donde llegaron en 1295. Habían pasado tanto tiempo fuera que ya apenas conocían a los Polo.
Las guerras entre genoveses y venecianos llevó a bueno de Marco a la cárcel en 1298. Allí conoció al escritor Rustichello de Pisa del que se hizo gran amigo. Esté quedó tan fascinado de las aventuras vividas en su viaje que decidió ayudarle a plasmarlo en papel, en el libro «Las maravillas del mundo» (también conocido como los viajes de Marco Polo, Il Milione o el libro del millón).
«Y nos os conté ni la mitad de lo que ví»
MArco POLO
En el libro definía a Kinsai, una ciudad de la que fue gobernador (aunque en los archivos de la ciudad no había referencia a él), como la ciudad más hermosa del mundo y que decía contaba con más de 12.000 puentes. También se refirió a las enormes Aves Roc, pájaros tan grandes y fuertes que eran capaces de coger un elefante con sus garras y soltarlo desde el aire. Describió el palacio de Kublai Khan de un tamaño tal que podían reunirse más de seis mil comensales y con tantas habitaciones que nadie las había podido contar jamás. Pese a todas las críticas recibidas, su libro fue de gran ayuda a muchos viajeros y geógrafos de la época. Un poco exagerado sí que parecía Marco…
Cuando en sus últimos momentos de vida sus amigos y conocidos, aquellos que no habían creído sus historias, le pidieron que confesara que les había mentido, el gran Marco Polo lo negó una vez más añadiendo… «Y no os conté ni la mitad de lo que vi». Falleció en Venecia el 8 de enero de 1324.
