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El curioso caso del padre Piquiñote, primer ajusticiado en la Granada cristiana

El 2 de enero de 1492 caía la ciudad de Granada tras 10 años de guerra. Era el fin de la llamada Reconquista pero no de la presencia ismaelita. Granada ya era cristiana pero seguía siendo de población mayoritaria musulmana. Uno de ellos era el misterioso padre Piquiñote, uno de eso personajes que se sumergen entre la bruma de las leyendas populares.

El padre Piquiñote era un monje muy popular en Granada que pedía limosna por el Albaicín, con su cogulla o túnica con capucha y su larga barba negra. Era muy respetado y casi nadie le negaba la ayuda que demandaba. Sin embargo el manto de monje no era más que un disfraz que ocultaba una conspiración para recuperar Granada para el Islam. Bajo aquellos ropajes se escondía un falso converso que ejercía de líder rebelde que comandaba un grupo de leales que pretendían sublevar la ciudad. Se resguardan en una cueva del Sacromonte.

El grupo del falso padre apresó a dos musulmanes que se dirigían a la ciudad de Granada instándoles para que se unieran a ellos, pues trataban de reclutar al mayor número de afines posible. Sin embargo estos le dijeron que se habían convertido al cristianismo y que sus nuevos nombres eran el Edmundo y Andrés. Solo viajan a Granada para buscar trabajo. El líder rebelde les permitió vivir por la valentía de su declaración, pero alguno de sus hombres no estaban de acuerdo en dejarles con vida ya que podrían delatararles. Esto provocó una pequeña revuelta que provocó que el padre Piquiñote asesinara a uno de sus lugartenientes llamado Sahir-Beckr. O por lo menos trató de hacerlo atravesando el cuerpo de su compañero con su daga y arrojado su cuerpo a un descampado. Los nuevos cristianos Edmundo y Andrés, afectados por el fatal desenlace, fueron a buscar al desdichado rebelde para darle cristiana sepultura. Lo sorprendente es que lo encontraron con vida. Lo recogieron y lo llevaron a Granada para curarle… y milagrosamente sobrevivió.

Una vez repuesto sus facultades, no dudó en informar a la Chancillería de Granada sobre el padre Piquiñote, su paradero en el Sacramonte y sus intenciones para tomar la ciudad. El falso monje fue detenido y se transformó en la primera persona ajusticiada en la Granada cristiana. Su cabeza fue exhibida en una pica como advertencia a quién tuviera intenciones similares. 

Tras estos sucesos, Sahir-Beckr se convirtió al cristianismo y embarcó al Nuevo Mundo como misionero.

cuevas sacromonte granada
Sacromonte año 1949 (Granada). En cuevas como estas se escondía el padre Piquiñote
Bibliografía: «Leyendas de España» (Vicente García de Diego)
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