Las naumaquias eran combates navales simulados que se celebraron con bastante auge a finales de la república durante el primer siglo de la época imperial. Naumaquia es una palabra proveniente del griego y significa «combate naval». Solían representar combates reales de la época griega o grandes victorias romanas. Para ello en principio empleaban lagos artificiales o estanques de villas romanas debido a sus dimensiones pero a mediados del siglo I d.C. pasaron a celebrarse en anfiteatros.
La primera naumaquia conocida fue celebrada en honor a Cayo Julio César en el 46 a.C. También Augusto (22 a.C.) y Claudio (52 d.C.) tuvieron sus grandes simulaciones. Esta última fue sin duda la más fastuosa de todas, reunió un centenar de trirremes y cuatrirremes y unos diecinueve mil hombres en lucha. Los combates eran tan reales que necesitaban mucho personal y material, con trirremes casi a escala real, lo que implicaba un enorme coste. Vespasiano solía celebrar una anualmente para conmemorar su victoria frente a los judíos.
Fue en la época de Nerón cuando comenzaron a usarse los anfiteatros, lo que obligaba a que los combates fueras más ‘modestos’ que en épocas anteriores aunque aumentaron el número de estos espectáculos. En el año 80 d.C. Tito celebró una naumaquia en la inauguración del anfiteatro Flavio, el Coliseo. Sin embargo tras Domiciano, el último emperador de la dinastía Flavia, apenas hay referencias de naumaquias, por lo que se supone que dejaron de realizarse, salvo las celebradas por Trajano y Filipo el Árabe.
Aunque no se sabe con certeza cómo podían inundar los anfiteatros, se ha descubierto certezas arqueológicas de ello, como en los anfiteatros de Verona, Padua o Mérida.
En épocas más recientes también se han simulado combates navales similares a los de época romana. Así nos encontramos con la que se organizó en 1550 en el río Sena en homenaje al rey francés Enrique II o la celebrada en los jardines del buen retiro de Madrid por el monarca español Felipe IV en la década de 1630.
Cierto que tuvieron que desarrollar infraestructuras para llenarlos, pero supongo que la gravedad ayudaría al igual que para llevar el agua a la ciudad a través de acueductos. Lo que no consigo imaginar es cómo narices los vaciaban. Eso son muchísimos metros cúbicos de agua. Y vaya, con la de cuidados que necesita una simple piscinita pequeña, imagina un anfiteatro con agua suficiente para representar un combate naval… Como para dejar el agua ahí de una temporada a otra 🙂
Una celebración cuanto menos curiosa esta de las naumaquias. Un saludo!
Resulta increíble hace 2.000 años… un saludo!!
En el 46 A. C. J (707 ad urbe condita «desde la fundación de la ciudad») Cayo Julio Caesar al ser nombrado Dictator Perpeetus (Dictador Perpetuo) decidió organizar la primera naumaquia. Este en su deseo de organizar una batalla naval, hizo cavar una fosa en el Campus Martius y que estaba comunicado con el río Tiber a través de un canal. Al haberlo terminado para que las aguas del Tiber pudieran inundar la fosa creando un lago artificial, el escenario de batalla para su espectacular combate. Este era lo suficientemente grande como para albergar birremes, trirremes, hasta cuatrirremes, formaron parte de esta, aproximadamente dos mil combatientes y más de cuatro mil remeros
¡Magnífica aportación Juanse!