Nadie jamás ha logrado más victorias en el aire y es muy improbable que alguien pueda superar sus cifras en el futuro. Se trata Erich Hartmann (1922-1993), apodado “bubi”, algo así como chico o muchacho. Pese a su corta edad no le impidió lograr 352 victorias confirmadas y eso que debido a su juventud no voló durante toda la guerra, siendo su primer derribo a finales de 1942.
La guerra le llegó muy joven, el día que los panzer alemanes cruzaron la frontera de Polonia él todavía era menor de edad. Nacido en Alemania en 1922, fue un niño prodigio y con apenas 14 años ya era instructor de planeadores.
En 1940 comenzó a adiestrarse en la Luftwaffe y sus comienzos no fueron fáciles. Pero en a finales de 1943 ya había conseguido 159 victorias lo que le valió la Cruz de Caballero. Su derribo 300 le llegó a mediados de 1944 y el Führer en persona le entregó los Diamantes para su Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro.
Erich Hartmann, el Diablo negro
Hartmann fue llamado el “diablo negro” por los soviéticos y era considerado un auténtico cazador del aire. Solía sorprender a sus enemigos dando poca opción de defensa. Después de 825 misiones, más de 14.000 combate y muchos aterrizajes forzosos, jamás fue herido, algo que se puede considerar casi un milagro pues al final de la guerra la proporción de aviones era de 20 a 1 a favor de los aliados.
Erich Hartmann fue uno del selecto grupo de 27 militares alemanes que recibieron la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble, Espadas y Diamantes.
Escuadrón de los ases
Pero la fama y las condecoraciones no hicieron que participara en el llamado ”escuadrón de los ases”, el famoso JV44 que juntó en sus filas a los más destacados pilotos alemanes. Tenían en sus manos el impresionante Messerschmitt 262 (Me 262), primer avión a reacción del mundo a nivel operativo y el caza más moderno de la contienda. Con este aparato trataron de dar un cambio a una guerra que no pintaba bien para el Reich de Hitler. Curiosamente este ingeniero alemán, Willy Messerschmitt, fue el diseñador del primer caza a reacción fabricado en España.
Pero la razón de que bubi no entrara en el más famoso escuadrón estrictamente personal. Prefirió seguir siendo «Karaya 1″ dentro del JG52, escuadrón con quien había combatido toda la guerra en el frente oriental a los manos de su Messerschmitt Bf 109, el avión alemán más construido y que más derribos causó en la contienda. Sin embargo durante los años del conflicto este aparato fue siendo superado por otros más modernos como el mencionado Me 262 o el FockeWulf 190 (FW 190) así como otros cazas aliados. Esto le da aún más mérito a sus cifras, pues derribó muchos aviones más avanzados que el suyo. De hecho esta unidad, la JG52, obtuvo más victorias que ninguna con cerca de 10.000 derribos, y todas logradas con el Bf 109. Galland, uno de los más legendarios pilotos, si no el que más, que estaba al frente del JV44 intentó en repetidas ocasiones atraer a Hartmann a su grupo de ases, pero se tuvo que dar por vencido ante la fidelidad del “chico”.
Durante la Batalla de Kurks, en sólo 45 días, Hartmann derribó a 67 aviones soviéticos
No se puede decir nada sobre la lealtad a su país, pues luchó hasta el ultimo día del conflicto en Europa: el 8 de mayo lograría su última victoria derribando un Yak 8, el principal caza soviético.
Capturado por los soviéticos
Pero su desgracia vendría con su captura. Como hemos indicado su escuadrón operó en el frente del este, de las 352 victorias sólo 7 fueron sobre aviones no soviéticos, sobre todo frente al Mustang P-51 norteamericano, un caza netamente superior al Bf 109. Debido a los acuerdos de los aliados en Yalta, los prisioneros serían entregados al país contra el que hubieran luchado. De esa forma pese a que «bubi» se entregó a los norteamericanos, estos le entregaron a los soviéticos que bien le conocían por la enorme cantidad de aviones que les había derribado. Fue acusado de crímenes de guerra y condenado a 25 años de prisión. Esta sentencia fue injusta y anulada en 1997. El gobierno Ruso le exoneró de todos los cargos que le habían imputado 50 años antes.
Paradójicamente si Erich Hartmann hubiera aceptado las propuestas de Galland para unirse al JV44, hubiera sido prisionero de los norteamericanos ya que esta unidad operó exclusivamente en el frente occidental. Una casualidad fatal para Hartmann.
En 1997, Rusia exoneró a Hartmann de todos los cargos de crímenes de guerra de los que le habían acusado 50 años antes
Sólo cumplió 10 años de prisión pero durante ese tiempo, además de sufrir numerosas torturas, le privó de conocer a su hijo que falleció durante su cautiverio.
Como con otros ases, de aviones o carros de combate, los mandamases nazis intentaron quitarle del servicio para evitar que un posible derribo afectara a la maltrecha moral del país y de las tropas, pero en este caso tampoco lo lograron y Hartmann siempre volvía a volar.
Muchos podrán discutir si realmente Erich Hartmann ha sido o no el mejor piloto de todos lo tiempos. Habrá algunos que prefieran a otros ilustres pilotos como Manfred von Richthofen el «Barón Rojo«, el mencionado Galland, el caza tanques Rudel o el imbatido Marseille. Sin embargo no hay lugar a dudas que sus cifras son incontestables y que «nunca» podrán ser superadas.