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El intento de reconciliación de Simón Bolívar con España para formar la “Confederación Hispánica”

Es difícil encontrar alguien tan peculiar como Simón Bolívar, alzado casi como un mesías por algunos pueblos hispanoamericanos pese a ser un personaje con grandes claroscuros en su biografía.

Pocos conocerán que El Libertador, pese a que promovió crueles leyes de persecución contra los españoles en América (como el decreto de guerra a muerte contra los españoles de 1813), intentó la reconciliación con su rey, Fernando VII (aunque era la época del Trienio Liberal), labor que encomendó a otro personaje ambiguo, Francisco Antonio Zea, que hacía de enviado especial para las potencias europeas en nombre de la recién nombrada República de Colombia.

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La reunión de Zea y el duque de Frías

El 7 de octubre 1820, Zea se entrevistó con el embajador de la Monarquía Hispánica en Gran Bretaña, Bernardino Fernández de Velasco, duque de Frías, al que transmitió y entregó la propuesta que le había encomendado, supuestamente, Simón Bolívar.

Simón Bolívar Antonio Zea plan de reconciliación con España
Simón Bolívar y su plan de reconciliación con España

En ella expresaba el deseo de reconciliación y reunión de la gran familia hispánica para la creación de un nuevo imperio instituyendo una nueva política. La idea que le transmitió no era una vuelta a la antigua relación con la Metrópoli, sino una especie de Confederación General basada en la unidad de poderes e intereses, asumiendo la supremacía de la Metrópoli, con España como Madre Patria, pero con una relación respetuosa y filial.

Simón Bolívar entregó a Antonio Zea poderes en blanco para negociar con España

El documento que entregó al embajador español, llevaba por nombre «Plan de reconciliación entre España y la América por medio de una íntima reconciliación que identifique sus intereses y relaciones y conserve la unidad de la nación y la de su poder y dignidad” (cuesta leerlo de seguido…)

Plan de Reconciliación

La documentación constaba de dos partes. Por un lado el Plan de Reconciliación donde hacía referencia al «interés y el decoro de la Madre Patria”, donde el rey debe oír a la humanidad y a la patria para renunciar a la soberanía. El texto mostraba la disyuntiva a la que se enfrentaba la corona española: o bien dejar que América se echara en los brazos de sus rivales europeos, como Francia o Inglaterra, o realizar una separación amigable en base al interés común.

Según el texto, se deseaba evitar la emancipación de la América Española de forma traumática, donde este nuevo rumbo le permitiría convertirse de nuevo en una potencia “capaz garantizarle muy rápidamente su ya perdida hegemonía mundial».

Proyecto de Decreto

El segundo documento, donde se trataba el Proyecto de Decreto, estaba formado por un decálogo de diez artículos donde se detallaba por ejemplo la relación y alianza entre la República de Colombia y España a modo de pacto federal, “confederación íntima”, dejando también por escrito que Chile o el Virreinato del Río de la Plata (o cualquier otra región) podrían emanciparse en las mismas condiciones de federación si así lo desearan. En referencia a sus respectivos habitantes, todos ellos contarán con la doble ciudadanía.

“LA RECONCILIACIÓN DE NUESTRA GRAN FAMILIA DISCORDE Y DISPERSADA”

Uno de los puntos importantes era sobre los acuerdos comerciales, remarcando la “total reciprocidad comercial entre ambos países”. Tampoco se olvidan de los deberes de los Estados Confederados entre sí y con la Metrópoli, indicando que la ley debe reconocer la primacía de la Madre Patria y dejar pactados los auxilios en caso de guerra o paz. En su último apartado hace referencia a la celebración de forma conjunta de una gran fiesta anual referida a la emancipación del pueblo español a los pueblos de América.

El duque de Frías y Antonio Zea
El duque de Frías y Antonio Zea

Aunque estaba dispuesto a intentarlo, el propio Frías le comunicó a Zea su pesimismo respecto al resultado la propuesta. Dos días después de la reunión, el embajador envío las propuestas al primer secretario del despacho, Evaristo Pérez de Castro, añadiendo argumentos apoyando la propuesta de Zea.

La idea de Bolívar era una confederación asumiendo la supremacía de España como Madre Patria, pero mediante una relación respetuosa y filial

El acuerdo imposible

Justo un mes después de enviarlo, recibió por correo extraordinario la respuesta del gobierno. Como ya había imaginado, fue declarada “inadmisible” y le ordenaron que no continuará con las tentativas de Zea. El embajador de Simón Bolívar tuvo que dar por concluida la iniciativa con un rotundo fracaso, no sin antes agradecer al duque su esfuerzo y riesgo personal indicando que “Jamás podré pronunciar sin entusiasmo el nombre del duque de Frías”.

Sobre el plan y Bolívar

El Plan de Reconciliación era un proyecto personal de Antonio Zea, y pese a que Bolívar le había entregado poderes «en blanco», el primer Presidente de la Gran Colombia no conocía en detalle el plan. El propio Zea nunca se lo explicó con detalles, probablemente porque ya no merecía la pena tras haber sido rechazado por el lado Español.

Si comparamos las instrucciones remitidas por Bolívar al Congreso de Rosario a finales de año, para una posible paz con España a raíz del Armisticio de Trujillo (que abolía la «guerra a muerte»), muchas de sus palabras y frases reproducían casi de forma textual el plan de Zea.

¿Quién fue Francisco Antonio Zea?

Francisco Antonio Zea Rodríguez (1769-1822) había nacido en Medellín en el seno de una familia de la nobleza colonial. Se instruyó tanto en filosofía como en ciencias y formó parte de grupos masónicos donde asumían las ideas de las revoluciones norteamericana y francesa. Por sus escritos revolucionarios fue detenido y enviado a Cádiz. Sin embargo pronto se hizo hueco entre la comunidad científica de la capital de España, llegando a ser director del Jardín Botánico. En política apoyó a los franceses y a José I, por lo que tuvo que huir, ayudado por los masones, con el regreso de Fernando VII. Tras dos años en Gran Bretaña, viajó a América, y en 1815 se entrevistó con Simón Bolívar en Jamaica. Ocupó diversos cargos hasta ser nombrado una especie de embajador internacional de la causa que tenía como misión obtener reconocimiento internacional y créditos.

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1 COMENTARIO

  1. Felicitaciones Sr. Rubén García por la concisión y claridad en que ha expuesto ese capítulo indecoroso de las relaciones entre las naciones hispanoamericanas y España. Me he interesado en el tema, después de haber encontrado al azar un libro de Alberto Navas Sierra titulado «Utopía y atopía de la Hispanidad. El proyecto de Confederación Hispánica de Francisco Antonio Zea». Es un tópico de actualidad porque ahora existen muchas voces que promueven la hispanidad, lo que apoyo sin reservas, pero he notado que casi nadie establece con claridad qué tipo de relación con España proponen dentro del marco de un bloque de naciones hispánicas. Por otro lado, algunos hispanoamericanos – y me permito citar el caso de Puerto Rico – abogan por una reunificación con España cuando ellos mismos tienen dificultad a definir su propia identidad, y esto lo expreso sin intención de ofender a ningún boricua.

    En suma, lo que estoy tratando de decir es que, aunque parezca contraproducente y sin dudas vergonzoso, es que estimo que muchos de los que están entronizando la «hispanidad» como agenda de desarrollo de las naciones hispanoamericanas, no se distancia mucho del plan que el Sr. Francisco Antonio Zea Rodríguez le propuso al Sr. Bernardino Fernández de Velasco (Duque de Frías).

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