¿Y si la Revolución Rusa de 1917 nunca se detuvo? Esta es la lectura que podemos extraer del nuevo trabajo de Sean McMeekin en Derrocar al mundo, una obra donde reconsidera el mito del comienzo del comunismo en Rusia como un hecho global con el fin de transformar y dominar el mundo.
Título: ‘Derrocar al mundo. Auge, caída y resurgir del comunismo‘
Autor/a: Sean McMeekin
Año: 2025
Editorial: Ciudadela
Sean McMeekin (Nampa, 1974) es un historiador estadounidense especializado en la Historia Europea del siglo XX, principalmente las guerras mundiales y la historia de Rusia, con obras como La nueva historia de la Revolución Rusa y La guerra de Stalin (sobre este último ya escribimos aquí). Estudió en las universidades de Stanford y Berkeley, y ha sido profesor de esta última así como en Yale, Nueva York y en las turcas de Bilkent y Koc. Compagina su labor de escritor con la docencia, actualmente como catedrático de Historia y Cultura Europea en el Bart College de Nueva York.
El objetivo principal del autor es presentarnos la teoría de la revolución global, es decir, el proyecto bolchevique no era algo estrictamente local sino que trataba de derrocar el orden mundial que en aquel tiempo era un capitalismo imperialista. Por ello Lenin instauró una estrategia que combinaba ideología, diplomacia y fuerza tratando de internacionalizar el comunismo como una fuerza global del siglo XX.
McMeekin ha realizado una exhaustiva investigación histórica, navegando por los principales archivos de países como Rusia, Alemania o Estados Unidos, que le ha permitido combinar la historia política, militar y económica de gran parte del siglo pasado, haciendo un repaso ágil de todo el proceso cuyo origen pudiera estar en las ideas igualitarias del jacobino Bebeuf que inspiraron las teorías marxianas.
Desde luego que huye de las visiones idealizadas de la Revolución de Octubre y muestra cómo se transformaron en una máquina de propaganda y poder. En los intentos de internacionalizar el comunismo marxista-leninista, operaron en todos los continentes con agentes infiltrados en diferentes gobiernos. Sin embargo el autor parece atribuir al bolchevismo un mayor control a nivel mundial del que realmente tuvo.
Sin duda se trata de una obra provocadora que trata de reescribir la historia del siglo XX en forma de guerra ideológica que todavía persiste pese a la caída del muro de Berlín y a que Rusia ya no es un país comunista (aunque su líder simpatice con su pasado e idealice Stalin). McMeekin nos convence para repensar la historia del siglo pasado y el legado que surgió de 1917. La obra nos llega de la mano de la editorial Ciudadela que podéis conseguir aquí.
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