Habitualmente mientras paseamos nos topamos con esculturas, pero ¿alguna vez os habéis parado a pensar cómo se realizan? No es tan fácil como parece.
Para contaros este proceso hemos tomado como ejemplo la escultura del Cardenal Don Pedro González de Mendoza, del artista Oscar Albariño Belinchón. Se encuentra ubicada desde el año 1998 en la plaza de los caídos en la Guerra Civil de Guadalajara (España), junto al sublime palacio de los Duques del Infantado. La escultura consta de unas dimensiones de 600x180x180 cm, realizada en bronce oscuro y la sostiene un soporte de granito de 150 cm de altura. Para la realización de la obra se han utilizado la técnica de fundición a la cera perdida y aplicación de palatina.
Esta escultura ha sido realizada en bronce, que es una aleación de estaño y cobre que licua fácilmente. El trabajo es lento y muy elaborado. Se comienza realizando un modelo de barro detallado, también llamado alma, sobre un armazón realizado en hierro con soldadura eléctrica convencional para soportar el peso de la arcilla.
Se repasan las particularidades del patrón verificando su resultado y se le añaden los agujeros por donde saldrá la cera. Con el molde de barro perfectamente elaborado y detallado se procede a realizar un molde de silicona también con los orificios de entrada y salida, llamados bebederos, este material reproduce fielmente los detalles. Éste molde de silicona se recubre con finas capas de cera que se van aplicando hasta obtener el mismo grosor y forma que debe de tener la escultura final. Para este trabajo se han cubierto unas primeras capas de cera roja y posteriormente otra marrón que proporciona más resistencia.
Una vez seco y endurecido el molde de silicona es retirado. Obtenida ya la pieza en cera se procede a realizar un recubierto cerámico a base de sílice coloidal y harinas de circonio (habitualmente se usa una mezcla de ladrillo molido en polvo de escayola y agua; un polvo refractario). Posteriormente se procede al vaciado introduciendo por los orificios la colada líquida de bronce fundido que, al entrar en contacto la colada a tan alta temperatura derrite la cera que se encuentra en el interior, saliendo expulsada por los orificios, por lo que dicha colada pasa a ocupar el lugar que ocupaba la cera. Posteriormente al vaciado se deja enfriar para obtener la pieza exacta, ya con la forma definitiva. Ya enfriada la obra se procede a romper el molde, llamado túnica, que lo estaba recubriendo, quedando visto ya el objetivo; la figura de bronce.
Debido a su tamaño la ejecución de ésta obra se ha realizado en varias partes; tres tambores de aproximadamente un metro cada uno y cada tambor en dos o tres piezas cada uno.
La figura de bronce se ha limpiado a chorro de arena y lijado manualmente para sacar los brillos de las zonas más salientes. La obra es rematada con un acabado de pátina .Para que la pátina del bronce se active se ha aplicado sulfuro de potasa en agua. Ésta técnica que se consigue a base de procesos de humectación y secado aplicando sales o bases, realizadas a base de calentar la pieza con un soplete y aplicando una disolución con la que se ha obtenido el tono oro viejo. Ya obtenida la coloración deseada se lava toda la figura para eliminar sales que hayan podido quedar. Ya seca y bien lavada en varios procesos se aplica cera virgen sólida con brocha para después sacarle brillo.