Y nos referimos a la consabida enemistad entre España e Inglaterra en el siglo XVI. Allá por 1568, en concreto el 23 de septiembre, se libró una batalla que si bien no fue de grandes números, si podemos considerarla como la primera de una larga serie de enfrentamientos. Podemos decir que desde San Juan de Ulúa solo se vio sangre derramada en la mar océana, con numerosos enfrentamientos entre barcos del, por entonces, primer imperio del mundo, el español, y uno que se habría paso a cañonazos, el inglés.
Ese día de septiembre, una pequeña escuadra de 6 barcos corsarios ingleses, llegó a San Juan de Ulúa, una pequeña isla con una fortaleza bien artillada. Este fue un acto tremendamente temerario pues, aunque todavía no se había declarado la guerra de manera oficial, los corsarios ingleses atacaban sin piedad las colonias y barcos españoles bajo bandera y beneplácito de la Reina Virgen, Isabel I. Frente a una flota española que le doblaba en número, a lo que hay que añadir los cañones de la fortaleza, destrozaron a los ingleses y apenas pudieron salvar un par de barcos y sobrevivieron menos de 10 hombres de los 400 que componían la expedición.
Al mando de estos dos barcos que pudieron escapar, dos personajes legendarios John Hawkins y Francis Drake. Los barcos y puertos hispanos se arrepentirían de no haber hundido toda la flota…