Se puede decir que la primera batalla de la que tenemos constancia se produjo hace 4.500 años en la civilización Sumeria, que a su vez fue la primera civilización de la historia: fueron los primeros en crear ciudades, estados, imperios, leyes y hasta la escritura. Se puede decir por tanto, que la guerra empezó a la par que la civilización.
Sumeria estaba situada en la baja Mesopotamia, justo entre los ríos Tigris y Eufrates, en el actual Irak. Dentro de lo que conocemos por Guerras Sumerias, en el año 2.450 a.C. se desató un conflicto entre dos ciudades estado: Lagash y Umma. El rey de Lagash, Eannatum, ansiaba tener la supremacía de la zona y dado que los Dioses le habían indicado que amontonaría los cadáveres de sus enemigos se decidió a guiar a su ejército contra la ciudad vecina, masacrando todo su ejército y logrando transformarla en ciudad vasalla. Es verdad que no eran grandes contingentes, no más de 200 guerreros por bando, pero queda relatada como el primer conflicto de un sinfín que vendrían (y lamentablemente vendrán) en años posteriores.
Si nos remontamos a la primer dinastia Egipcia, no encontramos con el primer faraon Menes, el unificador del antiguo Egipto .
A él le sucedió Aha (3007-2975 ac) denominado el guerrero, por haber peleado en Nubia y Libia.